Summary: HOLA A TODOS!!! bueno aquí un capitulo mas, espero que lo disfruten, cualquier comentario sera bien recibido :3 El ruido en la casa de Naomi no había disminuido en lo más mínimo, los minutos habían transcurrido lentamente, el constante el sonido de su llanto no daba indicios de acabarse. La visión de la chica llorando era bastante deprimente, sola siendo suavizado por el hecho de que alguien estaba intentado reconfortarla en esos momentos. Anon seguía abrazando a la chica, sus brazos la habían rodeado, esperaba que con el tiempo se calmara lo suficiente para hablar. Incluso todavía había la posibilidad de que la presidenta del consejo prefiriera no hacerlo, pero lo importante se estaba haciendo en ese momento. Que alguien esté ahí para ella. El torrente de lágrimas de sus ojos llorosos continuaba deslizándose por sus mejillas, cada sollozo era una sinfonía agónica. Y eso era algo que ella debía hacer, dejar salir lo que está dañando por dentro. El sonido cambio drásticamente, los sollozos pasaron a ser unas lamentaciones, ella intentaba formar palabras que callaba inmediatamente. Anon vio en el rostro de la rubia un gesto de tristeza que se transformaba a uno de ira reprimida, pero pudo ver como fruncía el ceño poco después. Un sonido ahogado de furia salió de la chica, ella hacia un esfuerzo supremo por intentar acallar su llanto. Al mismo tiempo comenzaba a negar con la cabeza, cerrando sus ojos con más intensidad que antes, intentando detener esa sensación de desesperación y tristeza. La respiración de la chica se convirtió en pesada y agitada, cada inhalación era un esfuerzo, el aire se resistiera a entrar en sus pulmones, cada exhalación se convertía en un suspiro entrecortado, como si su pecho estuviera a punto de estallar. Pudo sentir como estaba intentado reprimir lo que estaba sintiendo, el vano esfuerzo en el cual una persona empezaba negar la realidad que le toco vivir. El llanto que lograba escapar de ella era opaco y lastimero, apenas un sonido gutural, proveniente desde su garganta al intentar contener los sonidos. El humano sabía que ese momento era uno crucial, debía impedir que ella guardara esos sentimientos reprimidos nuevamente. El abrazo de confort ya no era suficiente para ella, necesitaba algo más que le hiciera soltarse completamente. —Naomi, no lo reprimas… —Él dijo con voz suave. Sintió la resistencia automática ante a sus palabras, como ella negaba con su cabeza una vez más y evitaba mirar hacia arriba. —E-estoy b-bien... —Ella alcanzo a decir en un tono bajo, apenas distinguible, pero era claramente un grito retenido, un momento donde esa negación alcanzo a controlarla nuevamente. Anon Frunció el ceño, no podía creer en las palabras de la chica. Aun en ese momento de debilidad, ella intentaba reprimirse inconscientemente, quería escapar al único lugar donde se sentía segura… detrás de su máscara falsa. —No hay nada malo en llorar, solo suéltalo… No estás sola —El calvo dijo, pudo ver el debate interno de la Parasaurio, gruñidos primigenios de impotencia salían de la chica, hasta que por fin cedió a lo inevitable. La rubia perdió fuerza en las piernas, el agarre de las manos se debilito y soltó las ropas del Anon. Ella hubiera caído al suelo bruscamente si no la hubieran estado abrazando, pero el peso fue demasiado para el chico y solo pudo evitar que cayera con fuerza. La presidenta estaba de rodillas, sus manos libres comenzaron a agarrar su propia cabeza, aun se encontraba negando y diciendo palabras incomprensibles. El humano también se había arrodillado junto a ella, aun cubriéndola con sus brazos para apoyarla. Ahora los sollozos eran más silenciosos en comparación con los que fueron en primer lugar, ella enterró su rostro en la playera de Anon nuevamente. A pesar de la incómoda posición, el humano no desistió de abrazar de la chica. Pero sabía que no podía dejarla en ese lugar, no era bueno y menos cuando sintió el frio suelo. El chico miro en ambas direcciones para buscar un lugar en el cual mover a Naomi, su mirada se posó en uno de los finos sofás de la casa. “Bien… puedes hacer esto” Anon se dijo a si mismo mientras tomaba posición y cargaba a la Parasaurio en sus brazos, la levanto con cuidado, mientras ella seguía apoyándose en su pecho sin ofrecer resistencia. Un gesto de sorpresa salió del humano al levantar por completo a la chica, era sorprendentemente ligera para ser un dinosaurio. También él no era precisamente el más fuerte de todos, siempre se avergonzaba de ser un chico de fuerza promedio, incluso para los términos de un humano. El tiempo que pasaba haciendo Shitposting no ayudaba mucho a hacer crecer los músculos, tampoco la mala alimentación a base de pizzas y comida chatarra, simplemente no hacia lo suficiente por proporcionar lo necesario para sus energías. Y aun con eso, él podía manejar bien el cuerpo de la presidenta, pero ese pensamiento se mantuvo hasta que dio los primeros pasos al sofá. Él nunca había cargado a nadie en su vida, lo que estaba haciendo ahora era por puro instinto y ella tampoco estaba sujetándose, era como cargar un peso muerto. Con pasos lentos y temblorosos llego al sofá, con delicadeza deposito a la chica que seguía sin responder, luego el mismo tomo asiento. En el primer momento sintió sus brazos gritar por ayuda, estos comenzaron a arder por el esfuerzo que habían hecho. Sus pensamientos fueron unos segundos a lamentarse por la pésima condición que tenía, no era posible que no pudiera cargar siquiera a esta chica, solo fueron unos metros de distancia antes de sentirse agotado en los brazos. Aun así, lo había logrado, sería algo que debía pensar en un futuro, tal vez buscarle una solución. Muchas veces se sentía avergonzado de su cuerpo, sentirse débil siempre era una constante en sus pensamientos, más cuando se encontraba rodeado de Dino-personas que podían multiplicar su fuerza sin intentarlo. Pero eso no tenía lugar en ese momento, ahora había una Parasaurio que se había recargado sobre él nuevamente. Tomando medidas ante la posición en que se encuentra, el humano la vuelve a rodear con un brazo para que ella pueda apoyarse con comodidad en contra de él. Su mirada se posa en una de las manos de la rubia, la toma sin pensar y la aprieta con poca fuerza, ella no devuelve ese gesto. El humano recarga ligeramente su cabeza en la de Naomi, su mano con la que rodea a la chica da ligeros masajes. —Todo va a estar bien… —Él dice mientras cierra los ojos y espera a que ella termine de sacar todo ese dolor reprimido, puede esperar el tiempo que sea necesario. Al decir eso puede sentir como la chica aprieta la mano que está sosteniendo, tal vez un acto reflejo, pero la fuerza es persistente y eso le indica que sabe lo que está haciendo. Al menos ahora puede decir que este intento no es vano, tal vez hay esperanza en sus acciones. Los labios de la chica tiemblan por momentos, tenía leves escalofríos que cruzaban por su cuerpo y busca acurrucarse de manera instintiva. Pero ella no cae más en la anterior desesperación, su respiración se vuelve más tranquila, aunque hay momentos donde esto parece titubear. El sonido del llanto disminuye al pasar los minutos, el tiempo pasa volando entre respiraciones de Anon y los leves sollozos de Naomi. Ahora solo ella está apoyada en el humano, la humedad en el rostro de la chica aún está presente, marcando el camino que recorrió las lágrimas, secándose lentamente con el pasar del tiempo. El silencio empieza a imponerse el ambiente, no es incómodo… es mucho peor. Es un silencio que trae intranquilidad, también trae los peores pensamientos en ambas personas y los deja vulnerables para que estos se agraven a cada segundo. “¿Se habrá quedado dormida?” La pregunta está en la mente del humano, al menos con los sollozos podía saber cómo se siente la chica, le preocupa que estas emociones fueran demasiado para ella. No le sorprendería si se desmayara después romperse de esa manera, incluso comprendería eso como lo más natural del mundo. Pero su inquietud crece al saber que está en una situación demasiado íntima con Naomi, él ha actuado a como más le parece y ella no está en la mejor disposición para elegir. No significa que la vaya a abandonar de alguna manera, pero hay ciertas cosas que podrían pasar si es que continua esto así. Una parte está preocupada que suceda un malentendido, si llegaran los padres de la chica o algún familiar. No sería la mejor vista el entrar a su casa y encontrar a su hija en los brazos de un humano que viste como vagabundo, menos si ven que ella ha estado llorando. “Estoy seguro que podrían dispararle y argumentar que lo hicieron en defensa propia” Mas pensamientos estúpidos en su mente, la mayoría para evitar pensar en la chica que está recargándose en su pecho. Esta buena acción fue desinteresada y había logrado apagar las alarmas en su cabeza, pero al final de todo… él se encuentra abrazando a una chica linda. “Rayos… deja de pensar en ello, no es el momento” Él se dice con bastante intensidad, al menos por ahora no puede darse el lujo de dejar volar su imaginación de esa manera. Ahora debe pensar en qué hacer, simplemente asumió que abrazarla hasta que se calmara sería suficiente, pero claramente no lo es. El primer paso estaba hecho, había logrado que ella no se negara a llorar, en consecuencia, la burbuja de protección de Naomi había explotado y dejo escapar toda su frustración, tristeza, dolor y demás emociones en un torrente de lágrimas. Podía asegurarlo por su playera, que ahora estaba en su mayoría húmeda, no quería pensar en los restos de lágrimas y del líquido nasal de la Parasaurio que también fueron a parar ahí. Pero esos eran detalles menores en los que se preocuparía después… aunque admitiría que esa humedad hacia que sintiera algo de frio en esos momentos. Pero ahora… “¿Cómo podía afrontar esto?” ¡Maldicion! ¡Solo eran adolescentes!, ya casi entrando a la adultez temprana… pero adolescentes finalmente. No era como si mágicamente tuviera la respuesta, podía aparentar madures por sus actos, como el de intentar ayudar a Naomi. Pero la cruda realidad es que esa madures solo es una falsa ilusión, algo que se puede romper fácilmente y nos deja ver esa falta de experiencia en el mundo real. Tal como le ha sucedido a la presidenta al no poder afrontar sus problemas, tal como le ha pasado a el mismo con sus decisiones y su forma de pensar. Simplemente, aún no tiene la capacidad de resolver un problema así. Y eso le aterraba, saber que esto pudiera no ser el camino correcto para ayudar a la chica, su buena intención pudiera ser convertida en el mayor error de su vida. Y no solo serían consecuencias para él, sería algo que marcaría de por vida a alguien más. “Posiblemente… Por esto que muchas personas evitan ayudar a otros” Un sentimiento de amargura lo inunda, mientras más piensa en sus propias acciones y las nuevas revelaciones que llegan. No es como si las personas simplemente puedan llegar a decir “Te ayudare” “!Hey! apóyate en mi” “Sabes que puedes contar conmigo” y demás frases cliché. Hay una responsabilidad en esas acciones, un compromiso en dar un apoyo, pero esto siempre pasa por alto por muchos, ya sea por ser problemas simples o algo sencillo de resolver. Pero en cuestiones como lo que está pasando ahora, fácilmente son de otro nivel, puede ser por eso mismo que nadie quisiera ayudarlo en primer lugar. Nadie quiera tomar la responsabilidad sobre de él, ni siquiera sus padres. “Pero… no es el mejor momento para pensar en ello” Un suspiro sale del humano, mientras deja esos pensamientos para otros momentos. Es verdad que tiene que tomar responsabilidad de lo que está haciendo ahora, hacerle saber a esta chica que no está sola, que de verdad hay algo que le grita que debe estar ahí. El tiempo pasa, el sonido de las manecillas de un reloj suena, no lo alcanza a ver, pero se escucha pasar con lentitud. Solo sabe que es tarde, lo suficiente como para que cualquier autobús pueda empezar ya con las últimas horas de los recorridos, las zonas más peligrosas de su casa sin duda ya estarían llenos de delincuentes que buscan llenarse los bolsillos de dinero facil. Aunque el calvo ignora la hora, sabe que es muy entrada la noche por los sonidos nocturnos, el susurro del viento, el chirrido de los insectos, los automóviles lujosos que se estacionan en casas vecinas. Todo eso seguido de las pláticas cansadas de sus dueños y el sonido de las pocas familias que reciben a esos individuos después de un día agotador. Pero ahí en la casa de Naomi es diferente, esta silencioso y vacío, no hay sonido de padres o una familia en general. Es como una gran y elegante caja de aislamiento, uno puede sentirse abrumado en solo admirar esto y saber que puede sumergirse en sus pensamientos lúgubres por la falta de actividad de cualquier tipo. Puede imaginarse a la chica, volver ahí después de un día terrible, un lugar solitario donde nadie te da la bienvenida. Uno donde no exista un hogar cálido, uno que esté totalmente ausente de personas, no es exactamente como hubiera imaginado la casa de una chica tan socialmente adaptada como era Naomi. No puede evitar compararlo con su propio departamento en esa parte fea de la ciudad, más una jaula que un lugar donde vivir. Al menos el pequeño lugar puede darte la sensación de que no hay espacio para nadie más… excepto él y la soledad. Pero aquí, en ese gran espacio, que es infinitamente más lujoso y mejor abastecido que su casa, puede sentirse perdido fácilmente, escucharse el eco de los pasos, la fría imagen de cosas costosas que no llenan un vacío y que solo sirven para recordar que podrás tener toda la comodidad del mundo… pero jamás un cálido abrazo de bienvenida. Ahora sabe por qué la chica estaba tan indecisa de entrar en primer lugar, aunque puede ser que este exagerando, no conoce a la familia de la rubia, mucho menos la forma en que ellos se comportan entre sí. Pero incluso ahora, el que los padres estuvieran ausentes no es una sorpresa para la Parasaurio, puede que ella contara con eso a diario, solo para poder ajustar su máscara de alegría y no levantar sospechas. “Naomi… ¿Qué tanto has estado guardando para ti misma?” El piensa mientras se da cuenta que en todo ese tiempo la mano de la chica no ha dejado de agarrar la suya con fuerza, ella esta ha incrementado el agarre. Puede sentir una presión considerable en su mano, no lo suficiente para lastimarlo, pero si para llamar su atención. Puede sentir como la chica se mueve para apartarse un poco, en su mirada puede ver esos grandes ojos con iris esmeralda, están rojos e hinchados de tanto llorar, pero al menos ya no están con ese tono descolorido desprovisto de vida. —Anon… ¿Por qué me sucede todo esto? ¿Por qué me odian tanto? ¿Porque solo parece que quieren hacerme daño? ¿Por qué te empeñas en tanto en NO dejarme sola? — Ella dice con voz quebraba, como si en cualquier momento pudiera derrumbarse otra vez. El humano se queda unos momentos en silencio, es una sorpresa ya que son las primeras palabras que escucha de ella, sin que este dominada por el llanto o su falsa mascara. Puede sentir que esta confundida, resentida con el mundo, busca saber el “porque” a lo que ella está pasando. También en su tono hay dudas, incertidumbre, rabia, desesperación, todas las emociones juntas que ha estado reprimiendo. Ella no puede notarlo, pero salen tan naturalmente en una extraña mezcla que es espeluznante. Esto es lo que temía el humano, un escenario como este en particular. El tiempo que ha pasado también sirvió para que la presidenta se sumergiera en sus pensamientos, no los precisamente buenos. La mirada expectante de la presidenta se centra en Anon, ella necesita saber la respuesta, no puede quedarse simplemente quieta y aceptar la realidad. Sin embargo, busca respuestas en el lugar equivocado, no hay algo que pueda decir que les dé solución final a sus problemas. —No lo sé… —Él dice de manera calmada, su mirada decaída no trae seguridad a la chica, ella devuelve una mirada desolada al no recibir la respuesta que ella estaba esperando. En ese momento ella siente como la oscuridad la envuelve, trata de centrar su vista, pero se le dificulta enfocarse. Toma unas respiraciones pesadas y su mente la lleva de nuevo a hasta a ese rincón donde solo hay soledad. Punto de Vista de Naomi Momentos Antes “¿Por qué?...” Esto era la única cosa que podía pensar Naomi, su llanto incontrolable había cesado, cada segundo donde soltó un sollozo fue una agonía. El llorar tanto no había sido algo liberador para ella, había sido como echar sal a una herida abierta, donde cada momento solo hacía que su corazón ardiera de dolor. Ella intentaba con desesperación en centrarse en sonreír, aparentar que nada había pasado, era fácil… lo había hecho tantas veces con anterioridad, incluso cuando estaba llorando por la ruptura de su antigua relación. Eso era mucho mejor que volver a sentirse como lo peor del mundo. Si… solo por unos instantes, solo fingir que nada de eso había pasado, eso ayudaría. “Pero… ¿Por qué no puedo hacerlo?” Su rostro no respondía a sus deseos, su mirada de desdicha no cambio en lo absoluto, no tenía la fuerza para curvar sus labios en una sonrisa. El agotamiento era persistente, no tenía energías siquiera para mover un musculo en su cuerpo, ya no podía sentir nada más que cansancio. La sensación de una mano que tomaba la suya era su única conexión con la realidad, podía sentir su calidez, el delicado agarre que le proporcionaba. También algo estaba rodeando sus hombros, algo pronunciaba palabras para ella, no podía entenderlas, pero sentía que eso le traía algo de confort. “Entonces… ¿Por qué duele tanto?” A pesar de que tenía esa sensación de estar acompañada y protegida, algo dentro de ella se rehusaba a aceptar eso totalmente. El impulso interno de apartarse gritaba con todas sus fuerzas, el alejarse de esta nueva presencia de la cual desconocía sus intenciones. Tenía miedo… no quería ser lastimada nuevamente, caer en una falsa sensación de bienestar que solo le traería dolor. Solamente quería que la dejaran en paz y recuperar su vida perfecta que tenía hace algún tiempo. “Solo quería ser feliz” Pero todo el mundo parecía empeñarse en darle lo contrario, en convertir sus esfuerzos en polvo, sus ilusiones de un futuro prometedor a ser solo fantasías de una crédula chica. En hacerle saber que no importara cuanto se esforzara, eso no valdría nada al final. Podía escuchar sus sutiles risas, sus insultos crueles, sus miradas maliciosas, siempre esperando a que ella mostrara un signo de debilidad para aprovecharse de ello. Y no haría nada más al respecto, continuar como si ella no le importara y aparentar que nada paso. Ese mismo día todo parecía haberse desmoronado. Todo lo anterior la había llevado a este punto, donde cualquier esperanza parecía perdida. Sentía que el peso de la realidad caía sobre sus hombros y se preguntaba por qué la vida la trataba de esa manera, siendo que solo quería ayudar a los demás. ¡Y no era justo! Ella necesitaba saber que al menos algo en su vida no fue en vano, pero esas crueles verdades rondaban por su mente, en cada pensamiento, en cada emoción, en cada momento del día, lo odiaba… ¡Y no podía gritar! Los recuerdos de alegría estaban siendo hechos trizas, todos esos momentos convertidos en soledad, ella solo quería recuperar a su novio y su vida perfecta. Aunque fuera una vil mentira, falsas esperanzas e ilusiones, solo con el objetivo de no perder su cordura. Estaba atrapada dentro de su mente, un infinito laberinto sin salida. Intentaba abrir la boca, pero las palabras se quedaban atascadas en su garganta cada vez que necesitaba pedir una ayuda. Quería llorar, liberar esa frustración y el dolor que sentía, pero no podía. Porque su realidad era otra, no importa cuánto deseara que eso acabara, no podía evitar esa verdad. De que ella estaba sola y no fue justo, no lo era, NO LO ERA, ¡NO LO ERA!, ¡NO LO ERA! Y simplemente nada cambiaría eso… Siempre había sido lo mismo, sintiéndose en la más abrumadora soledad, buscando la atención y aceptación de los demás. Desde que se convirtió en Presidenta, ser el orgullo de la escuela al ganar los primeros lugares en distintas materias, ser la novia del chico más popular, ser la visión de la chica perfecta y alegre. Todo para que eso fuera destruido en pocas semanas, caer en su punto más bajo y sentir que esto la andaba consumiendo rápidamente. Aun esforzándose para mostrarle a sus padres, a los profesores, a sus compañeros, al mundo en general que aún seguía siendo la perfecta presidenta, la perfecta hija, y la perfecta persona en la cual confiar. Y ahora sentía que todos le habían dado la espalda, todos siguiendo con sus vidas, como si lo que ella sintiera no importara, como si todas esas burlas no le hicieran daño, como si esa indiferencia del mundo entero no perforara su roto corazón… pero sobre todo, como si ella estuviera destinada a aceptar eso sin reclamar. Ella necesitaba respuestas, ya no podía aceptar que la vida le aventara cosas y simplemente decir “Esta bien”, todo mientras daba una sonrisa y se mantiene en la ignorancia. No quiere que vuelva a suceder lo mismo que cuando Naser se marchó, sin explicación alguna, dejándola llorando afuera de la escuela. ¿Por qué?... ¿Por qué la persona que más amaba termino conmigo? ¿Toda esa felicidad que teníamos era una mentira? ¿Por qué hablan cosas malas a mis espaldas? Solo quería ayudarlos… ¿Por qué quieren hacerme daño? ¿Por qué me odian tanto? ¿No significa nada lo que hice por ellos? ¿Por qué Naser no vino a rescatarme? Demasiadas preguntas al mismo tiempo y ninguna respuesta, ella sentía como su cuerpo retenía todas esas dolorosas sensaciones negativas, sentía el frio recorrerla, los temblores incontrolables, la sensación de estar rodeada de gente y aun con eso sentirse en la fría soledad. “Tal vez sea verdad… ella estaba completamente sola” Su mente divago, asimilando esas palabras y dispuesta aceptar eso como su única realidad, una donde ya no tenía caso seguir siquiera, incluso donde no tenía caso esconderse detrás de su máscara de falsedad. Solo quería cerrar sus ojos y que eso acabara de una vez por todas, ya no importaba nada realmente. —Todo va estar bien… — Una voz llego a ella, estaba tan sumida en sus pensamientos que había ignorado el mundo exterior. Ella intento levantar la mirada, pero no pudo hacerlo, estaba demasiado cansada. Sus ojos apenas se movieron para intentar ver quien estaba hablando, la luz intensa de su casa no ayudaba a que centrara bien la vista. Pero pudo ver una silueta, una persona que estaba con ella, no solo eso, el calor constante de un abrazo que la rodeaba empezaba a inundar su mente. Los intentos de esta persona por confortarla, los suaves movimientos de mano en su hombro, un pequeño masaje que daba seguridad y protección. La calidez de un cuerpo en el cual ella estaba recargada, al estar muy cerca de su pecho podía sentir su respiración subir y bajar, escuchaba los latidos rítmicos de su corazón. Podía sentir una mano que agarraba la suya, el agarre era firme y aseguraba que no iba a soltarla por nada del mundo. “Que… ¿Quién podría ser?...” Reuniendo algo de fuerzas, su mano también presiono a la de la persona que estaba con ella, está respondió a su agarre, era verdadero… por algunos momentos llego a pensar que estaba imaginando esa sensación. No era una falsa ilusión que le jugaba su mente para martirizarla, esto era demasiado real. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que tomo esa mano que le trajo algo de tranquilidad, su mente aun no podía concentrarse en su totalidad y lo primero que vino a sus pensamientos fue preguntarse quién en el mundo estaría con ella en ese instante. Ella apretó su mano con más fuerza, esa pregunta la estaba matando, no recordaba a nadie que mostrara algo de preocupación. Las imágenes fugases de su ExNovio llegaron inevitablemente, cada una más dolorosa que la anterior, Naomi pensaba que el Ptero sería la única persona que estaría ahí en todo momento. “Pero eso no era verdad… él se fue” Ella cerró sus ojos con fuerza, debía haber otra explicación, no quería caer en falsas ilusiones de una persona que jamás regresaría. Fue entonces que reunió todas sus fuerzas y se alejó de la persona que estaba con ella en ese instante, al menos lo suficiente para verlo detenidamente. La imagen del Ptero en su mente desapareció al ver a ese sujeto, ahora la imagen inconfundible de un humano estaba frente a ella. La miraba con un gesto de preocupación autentico, cejas curvadas y una mueca torcida dejaban ver que no era un simple acto. “¿Anon?... ¿Qué está haciendo él aquí?” Esa pregunta fue respondida al instante, en su mente comenzaron a llegar los recuerdos de ese mismo día. De como ella había sido encerrada en la bodega de la biblioteca, como el calvo también llego al mismo lugar, de su fuerte rechazo que ella le hizo cuando estaban había intentado acercársele. Pero también los recuerdos de como salió de la escuela y se encontró con este chico, una persona que apenas conocía y no se apartó en ningún momento de su lado. La había acompañado hasta su casa cuando no tenía la obligación de hacerlo, aun cuando ella le grito que no se metiera en su vida. Luego insistió en hablar con ella de lo que había sucedido, hasta el punto de dejarlo entrar a su casa para no armar un alboroto afuera. Luego de ahí llegaron las imágenes de donde ella ya no había aguantado el dolor, todo el peso de la realidad la abrumo antes de poder esconderse detrás de su máscara y se derrumbó en los brazos de Anon. Y este nunca se apartó o hizo algo para rechazarla, solo se quedó ahí esperando a que soltara toda su tristeza. Todos los sentimientos guardados que la estaban matando por dentro… y esta persona espero a que ella lo sacara todo, tomando su mano con fuerza. “P-por qué tú…” “¡¿Por qué tú estás aquí?!” Ella sintió las lágrimas salir, a pesar del largo tiempo que estuvo llorando, podía asegurar que fácilmente podía hacerlo nuevamente con esa intensidad de antes. Pero resistió el impulso de hacerlo, no podía creer que una persona insistiera tanto en estar a su lado, no ahora que todos la veían con repudio. Necesitaba respuestas… —Anon… ¿Por qué me sucede todo esto? ¿Por qué me odian tanto? ¿Porque solo parece que quieren hacerme daño? ¿Por qué te empeñas tanto en NO dejarme sola? —Ella dijo de manera precipitada, no piensa siquiera en que preguntas hacer, todo sale de su hocico con desesperación. El calvo se toma su tiempo para pensar una respuesta, en su rostro hay un gesto de angustia, no sabe que decir, que responderle a la chica. El pasar de los segundos son una tortura para la presidenta, pero antes que pudiera hacer otra cosa las palabras del humano se escuchan. —No lo sé… —Él dice de manera calmada, su mirada decaída hace que ella se sumerja en su sufrimiento una vez más. La rubia cierra sus ojos, su ceño se frunce como nunca antes en su vida lo ha hecho, al mismo tiempo vuelve a cerrar su mandíbula con fuerza y mostrando sus dientes. La impotencia que está sintiendo es grande, demasiado como para retenerla en ese momento, solo se muestra una lagrima que amenaza por salir y comenzar su desesperación de nuevo. —Pero… también me gustaría saber por qué te está pasando esto —Las palabras del humano continúan para la sorpresa de la presidenta. Sin esperarlo, Naomi sintió como Anon la soltaba de la mano, siente la falta de calor en ese momento, pero la acción que le sigue no la esperaba de ninguna forma. El chico calvo sube su mano y toma las gafas de la chica, las retira con suavidad y las deja en un lugar cercano del sofá. Puede sentir como la mano cálida de esta persona toca su mejilla, alcanzando la solitaria lagrima que está bajando con lentitud. En la mirada del hombre no es del todo de angustia, hay simpatía, hay intentos de comprender lo que está pasando, pero sobre todo hay preocupación verdadera, que también es enfatizada por su tono de voz. —Me gustaría saber muchas cosas… Saber por qué todos se esfuerzan por hacer sufrir a la animada chica que conocí en mi primer día de clases, porque dicen cosas hirientes a sus espaldas, porque a pesar de que ella se esfuerza para apoyar a todos esto no parece importarles, porque le han hecho cosas tan terribles como lo del día de hoy… —El humano comienza a hablar, nunca ha dicho tantas palabras juntas en toda su vida. Ella puede ver el esfuerzo de esas palabras que vienen de una garganta reseca, su voz rasposa no lo ayuda a verse seguro con lo que está expresando. Tampoco lo ayuda ver que la chica se entristece con oración que está diciendo, pero debe hacerlo si quiere llegar al punto que busca. —Me gustaría saber… Porque ella se esfuerza tanto en ocultar lo que siente, ocultar que nada de eso le hace daño detrás de una sonrisa forzada, fingiendo que la soledad no le afecta, siempre mostrando una máscara de alegría falsa, para mentirle a todos… incluso a ella misma —El termina por decir dándole una sonrisa triste a la presidenta. Naomi lo mira con los ojos abiertos, no pensó que Anon pudiera notar todos esos detalles sobre ella. De cada una de las cosas que intento ocultar con desesperación, de su soledad, su tristeza, del acoso y sus intentos de encerrarse en una burbuja, donde se repetía mil veces que todo estaba correcto y en orden. —Yo sé que tienes muchas preguntas, me gustaría responderlas… Pero solo puedo hacerlo si me dejas saber cómo ha sucedido todo esto —Las palabras de Anon terminan con algo que en cualquier situación el evitaría con todas sus fuerzas. Inmiscuirse en la vida de otros por cuenta propia. Aunque por motivos distintos en esta ocasión, no quiere forzar a Naomi a decir una sola palabra, siente que no tiene derecho en meterse en su vida de esta manera… no cuando ella esta vulnerable. Pero comprenderá si ella se rehúsa en ese momento, una persona puede hablar muchas cosas cuando se encuentra con algo que nubla su mente, como la tristeza o la ira. Tal vez en otro momento… otras circunstancias, se quedaría callado para que la persona con que esté hablando suelte sus problemas, pero en este punto no tiene caso. Naomi es diferente a cualquier persona en esa situación, la chica que usualmente no deja de hablar, era la primera en mantener sus problemas lejos de otros. Las últimas palabras de Anon hacen que la rubia se sacuda aún más, no es la única que busca respuestas y eso le trae gran pánico. Ella quiere decir todo lo que siente, gritarlo y resolverlo lo antes posible, pero un impulso interno la retiene, hace que cada palabra de su boca se detenga inmediatamente. Los segundos pasan y Naomi sigue debatiéndose sobre la pregunta del chico, la decisión sobre dar a conocer los más oscuros secretos a alguien que aún es un extraño en tu vida. Por más que quisiera formar una amistad con el humano, aun siente que esos detalles son algo muy profundos en su corazón, aun si fuera alguien más cercano dudaría en decirlos siquiera. Sus manos empiezan a temblar, piensa en la posibilidad de que él se moleste porque ella no quiera hablar, como si el esperara que soltara sus problemas. Tiene miedo también que esta opción sea única en la vida y tome la decisión errónea al negarse, aunque por más que quiera hablar, simplemente ella no soltara una palabra sobre su problema… aun no. —N-no… No puedo…—Ella dice con voz quebrada mientras baja la mirada una vez más, se toma unos segundos después de decir esa simple palabra, a lo que el humano simplemente se le queda mirando con un gesto serio. De un momento la Parasaurio siente como la mano del humano vuelve tomar la suya, un agarre firme y pacífico. El tacto no se compara como el de las anteriores veces, hay fuerza, también hay calidez, pero también hay algo más que no logra distinguir. —Tranquila… lo entiendo, no te preocupes, es tu decisión, cuando estés lista yo estaré para escucharte y no me iré a ningún lado —El calvo le da una sonrisa cansada que ella no puede ver. Al momento ella siente algo que oprime su pecho, no es dolor, no es sufrimiento, pero tampoco es algo agradable… es algo liberador. Su corazón late al asimilar esas palabras, el humano no espera nada de ella, no quiere poner presión alguna como siempre lo ha sido la vida, se toma su tiempo para escucharla de verdad y Anon asegura que puede esperar más tiempo de ser necesario. Después de tanto tiempo alguien no la ha abandonado y le habla sin tener dobles intenciones, no se ha quedado porque ella sea la presidenta o espera que le resuelvan sus problemas. No sabe sus motivos… pero eso no importa, solo necesita creer tanto en esas palabras que no quiere dudar de algo que le diga este hombre. La chica aprieta la mano del humano con fuerza, quiere saber si esto es real una vez más. Anon no dice nada al respecto, el dolor no es tan grande, pero ella es un dinosaurio, sus manos son más fuertes por naturaleza, más que las de un humano promedio. —Gracias… —Una pequeña voz apenas audible llama la atención del calvo, una vez más puede ver a la chica volteando en su dirección. Ella está cerrando sus ojos con tristeza, no hay torrente de lágrimas, pero si hay una oleada de emociones mezcladas que no puede definir. Pero eso es algo que está saliendo de su interior y el humano calla al respecto. —Gracias, gracias, gracias… —Ella repite la misma palabra una tras otra de manera rápida a pesar de su voz quebrada, no se detiene, esas palabras son para ella misma, para recordar que eso esto real. —Gracias por no dejarme sola… — La Parasaurio dice en el tono más bajo posible, tan silencioso que el humano no logra distinguirlo por completo. Mientras la última lagrima que quedaba dentro de ella se escapa, dejando que por fin todo ese dolor se libere y no se entierre en el fondo de su corazón. Las demás respuestas no importan ahora. Solo necesitaba una verdad y la tiene en este momento. La única que le daría la fuerza para continuar un día más. Ella no está sola. Momentos después Los minutos han pasado, el sonido del reloj ya no es tan agobiante como lo era antes, pero para las personas que estaban en el fino sofá era como si hubieran pasado horas enteras. Aun ella se encuentra recargada sobre el humano, el aún tiene su brazo a su alrededor, sus manos siguen tomándose con firmeza y dejan el tiempo pasar, no tiene importancia… al menos eso lo parece. “Me imagino que ya es muy tarde para poder ir a mi departamento” El humano siente como su cuerpo agotado no le permite moverse un centímetro, no es que quiera apartarse, no después de que Naomi simplemente derramara sus sentimientos como hace unos minutos. Tampoco es su intención ser una basura que escucha y luego escapa por llegar tarde a su casa, sin importar el pequeño detalle de que era uno de los sitios más peligrosos y mientras más noche sea, más probabilidades hay de ser asaltado... o simplemente no llegar siquiera a su destino. “Aunque no quisiera que ella se quedara sola…” —Anon… a estas horas ya no pasa el autobús, también aprecio tu preocupación… si fuera más temprano no tendría problemas en que partieras a tu casa —Ella dice aun estando recargada en el pecho del humano. El calvo guarda silencio unos segundos antes de darse cuenta de que había dicho lo que pensaba, no puede evitar sentirse avergonzado. El estar agotado por ese momento sentimental seguramente hacia que simplemente no pudiera mantener su boca cerrada, tan cansado que no podía hacer que hablar y pensar fueran dos acciones separadas. —Ya veo, entonces… supongo que puedo esperar a tus padres… ya sabes… con algo de suerte no me echaran de tu casa esta noche —Él dice en modo de broma, trata de reír, pero está demasiado cansado para eso. Hay silencio por parte de la chica, no sabe si es por la misma situación que él, pero puede notar que en su rostro hay un poco de nerviosismo por lo que dijo el humano. La presidenta se queda pensativa mientras busca las palabras adecuadas. —Yo… intentare que no se molesten tanto, Papá puede ser un poco excesivo cuando se trata de su familia y su casa, Mamá… tal vez se queje de que eres un humano y del tipo de ropa que usas, pero puedo decirle que las circunstancias no han sido favorables contigo —Las palabras de la chica intentan tener un tono de diversión que falla totalmente. “¿Acaso acaba de llamarme pobre?” —¿No le agradan los humanos? —Él dice intentando saber más de la familia de Naomi, en especial de su Madre que podría ser un problema si se llegaran a encontrar. —¡Oh! ¡De ninguna manera! Ella hace muchas donaciones para los más necesitados, eso incluye a las fundaciones por el bienestar, veteranos de guerra y humanos desamparados—La voz de la chica intenta calmar las cosas. “Si… ella definitivamente me llamo pobre” —Al principio puede ser algo soberbia, pero estoy segura que le caerás bien una vez que llegue a conocerte, eres una persona de buen corazón a pesar de tu situación—El tono de leve alegría se escucha de la rubia, ella está convencida de las palabras que dice. —Si… tener buen corazón es lo que tiene la gente pobre en vez de dinero —El humano habla, sabe que la chica no tiene mala intención en sus palabras, pero no puede evitar soltar esa frase para bromear un poco. —¡Anon!, Y-yo no quise insinuar que tu… —Ella levanta el rostro, puede verse cierta alarma al pensar que ha insultado a la persona que tiene a su lado. —Pffts… —Un sonido sale de la boca del calvo, la rubia puede ver que está intentando no reírse, pero el humano falla y suelta una carcajada. —Lo siento, lo siento, no pude resistirme —Al momento puede sentir como la Parasaurio le da un leve golpe con la mano que tiene libre, no duele en lo absoluto, pero logra que ella se suelte un poco. —Yo nunca me burlaría de tu desafortunada situación financiera —La voz de la chica tiene un cierto toque de indignación, pero también se ve menos tensa que antes. —Lo sé, yo solo quería bromear un poco, dudo que tu familia sea así… digo, no creo que tus Padres quieran dispararme al verme si tu no les dices nada ¿verdad? —Él dice tratando de aligerar el ambiente, pero el silencio de la chica llama su atención. —Si… eso… solo no hagas movimientos bruscos cuando los veas ¿Si? —Ella evita mirarlo a los ojos, puede notar más nerviosismo. —Estas bromeando… ¿Cierto? —Ahora es turno de Anon poner una mirada de preocupación al sentirse en peligro. Ella no responde al principio, pero luego voltea con una risa entrecortada que es tapada por su mano que tiene libre. —¡Claro que sí!, ellos nunca harían algo parecido… de nuevo —Ella dice de manera natural, aunque lo último lo habla con un tono excesivamente bajo. —Okey… —Algo dentro de la mente del humano le dice que no todo lo que dice esa chica es cierto, aunque dará el beneficio de la duda. RING, RING!!!!!!!!!!! El sonido del teléfono principal de la casa suena, ambos voltean sorprendidos. Naomi alarmada suelta la mano de Anon y busca sus anteojos que no están muy lejos, luego se aleja del chico y por un momento hace un gesto de inconformidad al abandonar esa sensación de tranquilidad que tenía por estar al lado del calvo. Con esfuerzo camina hacia el teléfono, aun siente su cuerpo entumido por la posición que estuvo sentada por largo tiempo. No ayuda que cada paso sus músculos le duelen, pero con una gran voluntad logra llegar a su destino. El humano de igual manera aprovecha para estirar los brazos y piernas, siente agotamiento al estar en una sola posición. No se queja del entumecimiento, siendo sincero, es algo decepcionante el que el calor que compartía con la Parasaurio este desapareciendo de su cuerpo. Naomi: ¿Quién habla?, ¡Oh! Hola Mamá… ya veo, Fueron a cenar de nuevo… ¿Ya vienen en camino? La conversación de la chica llama la atención de Anon, puede ver como ella está concentrada en la llamada telefónica. Aún no ha notado que él se ha puesto de pie, camina un poco por el lugar sin dejar de poner atención a Naomi. Sin duda es una casa bastante lujosa, puede verlo por las innumerables excentricidades que adornan sus paredes y muebles. Ahora está seguro del por que los padres de la chica desconfían tanto de los desconocidos. Naomi: ¿Se quedan fuera de nuevo?... No, no es eso… ¿Por qué no conteste tu llamada? Es solo que mi teléfono se rompió y no pude… oh claro, esperare a mañana… está bien, sé que están ocupados, será otro día entonces… Los quie… Oh… Ya colgaste… Anon mira detenidamente, la rubia aun esta parada junto al teléfono que marca tono muerto, puede ver en su rostro tristeza, no como la de antes cuando estaba llorando, pero sin dudas esa plática no fue lo que ella esperaba. Pero no podía llamarlo platica, había sido tan corta y la madre de Naomi la interrumpía en cada momento, difícilmente podía considerarlo como una charla normal de padres e hijos. En cualquier otro momento podría llamarlo como una actitud “Descuidada”, pero sabiendo lo que ha pasado hoy con Naomi, le da indicios que eso sucede más seguido de lo que podría adivinar. —No creo que haya problema en que te quedes, mis padres no llegaran el día de hoy, podrás salir mañana temprano… aunque está el problema de que aún tenemos escuela, Tal vez deberíamos descansar... —Ella comienza hablar de manera apresurada y sonríe a su invitado, una actitud común, pero el humano sabe que nuevamente ella está intentada ocultar lo que siente. Solo es hasta que él pone su mano en su hombro que nuevamente que la Parasaurio se detiene, ella lo mira con ojos decaídos y este le devuelve una mirada de simpatía. No tiene que darle explicaciones, pero sabe que no puede mentirle sobre lo que siente. —¿Pasa eso muy seguido? —El calvo exclama, mientras siente como la mano de ella toma la suya que está en su hombro. —Sí, ellos no siempre han sido así… empezó desde que mi hermana se mudó con mi abuelo para iniciar sus clases en el instituto St. Hammond al otro lado de la ciudad, mis padres han intentado… oh dios, no puedo creer que vaya a decir esto… “Reavivar el fuego de la pasión” como ellos dicen —Naomi parece deprimida al principio, luego avergonzada por pensar en lo que sus padres estaban haciendo en esos momentos. —Oh… ya veo —El chico dice un tanto incomodo, no está acostumbrado a que personas delante suyo suelten información tan íntima de la nada. Anon puede imaginarse ya el motivo por el cual la casa se siente tan sola, un par de dinosaurios viejos y ricos, siempre saliendo a lugares extravagantes solo para sentirse jóvenes y enamorados nuevamente. No hay hijos que necesiten atención, desconoce cómo sea la hermana de Naomi, pero eso dejaba a la hija modelo haciéndose cargo de su propia vida, solo porque ella aparenta ser más independiente y autosuficiente de lo que sería un adolescente común. —No tienes que darme explicaciones si no quieres… nadie necesita decir lo que sus padres hacen en su vida amorosa —La voz del chico calvo bromea al respecto, intenta hacer que ese sentimiento de abandono que tiene la rubia no se manifieste. —Y-yo… Está bien, no sabes cuánto aprecio que hagas esto —La sonrisa triste de la chica sale de su rostro, aunque está mirando a otro lado para evitar la vergüenza. —Ya que está resuelto el problema de tu estancia… ¿Qué tal si ahora te ofrezco una taza de Té? —La chica dice un poco más animada, lo suficiente como para tranquilizar al calvo. El mencionar el líquido hace que el humano sienta al instante esa resequedad que tiene en su garganta, hace un ruido tratando de sobrellevar ese malestar de sed extrema. No lo ha querido mencionar antes, pero no había bebido nada desde que Spears de dio un pequeño vaso de agua en su oficina. —Me gustaría eso Naomi —La sonrisa es más calmada en el humano, al menos ahora sabe que la crisis se había detenido. —Oh, y por cierto Anon… ¿Por qué esta mojada tu playera? —Ella dijo un poco confundida al ver nuevamente al humano, parecía haber pasado por una tormenta sin un paraguas. Anon parpadeo un par de veces al ver que en efecto su ropa estaba humedecida, no era una sorpresa en absoluto, más cuando momentos antes había tenido a una Parasaurio llorando mares enteros sobre de él. —Bueno, solo digamos que el tener buen corazón a veces te convierte en un pañuelo andante para alguien que lo necesitaba —Él dice mientras da una mirada de complicidad, Naomi tardo unos segundos antes de que su mente termino de conectar la respuesta. —No me digas que yo… Oh cielos, ¡Cuanto lo siento! Déjame busco algo para que te cambies esas ropas húmedas —Ella dice alarmada, pero antes de que pueda darse la vuelta ve al chico que aún le sonríe con simpatía. —¡Hey no te preocupes! Volvería hacerlo sin dudarlo… —La reacción de la chica al principio es nula, luego una suave sonrisa sale al comprender esas palabras del humano. Esa no es una sonrisa falsa, ni llena de sentimientos nostálgicos o tristes, es una sonrisa tímida, llena de sinceridad, pero también llena de gratitud por lo que estaba escuchando. Sus ojos parpadean múltiples veces y sus mejillas toman un color rojo antes de que se aparte del humano. —Ahorita regreso… no tardo —Ella no dice más y se aleja, toma rumbo a unas escaleras de madera fina que dan camino a la parte superior de su casa. Ella sube con rapidez, da vuelta en una esquina de la casa, solo para que antes se detenga y vea al calvo nuevamente. Naomi puede sentir un cosquilleo en sus mejillas y estas se ponen más rojas que antes, luego toma su camino nuevamente e ignorando esas sensaciones cálidas que siente en su pecho. Los segundos pasan y Anon se siente como si un balde de agua fría le cayera encima, casi parece irreal que eso este sucediendo. Solo con pensar que de todas las personas “él” fuera quien estuviera que afrontar el asunto de Naomi, lo más importante es que no lo había jodido con sus decisiones, pero el resolver todo ese asunto que había causado gran estrés en su persona. “No… De ninguna manera está resuelto esto” Aun había mucho que tratar el problema de la chica… podría decirse que era un respiro de aire fresco, al menos podía dormir tranquilo. No quería pensar que hubiera pasado si escogiera la decisión equivocada de irse a casa cuando salió de la oficina del director. Pero eso no le daba una tranquilidad suficiente, era cierto que el estar para la chica en su peor momento había sido difícil, más de lo que pensaba en realidad. Su mente se encontraba agotada de todos esos pensamientos, de la increíble lucha que hizo consigo mismo para superar todas esas barreras que le impedían entrometerse en la vida de las personas. Y eso no había bastado para hacer un cambio real en la Parasaurio, ella estaba perdida, un nivel realmente nuevo. Era como tratar con alguien que perdió los motivos de vivir, que se negaba a dar un paso más, si las presiones en su vida llegaran a tal punto que sus ojos sin vida dieran indicios de algo terrible. “No pienses en eso…” Anon sacudió su cabeza intentado apartar esos pensamientos, de ninguna manera podía pensar que Noami de todas las personas haría algo tan drástico. Aunque sabía bien que eso no era una broma, había muchas personas que el pasar día tras día el mundo era una agonía y tomaban salidas precipitadas. “Lo importante es que ella está aquí” —¡Anon! Mira, ponte esto por favor —La voz de la chica lo trajo de vuelta a la realidad, agradeció a JesusRaptor por permitir que detuvieran esos pensamientos de su cabeza. La presidenta estaba bajando las escaleras, en sus manos tenía una simple playera blanca de hombre, no parecía nada especial. Cuando llego a su lado ella entrego la prenda al humano, al instante pudo sentir el fino material con el que estaba hecho, tan suave como se lo permitiría una familia de alto nivel económico. En pocas palabras… era como tener un trozo de nube esponjosa en las manos. —Hay un pequeño baño en el fondo del pasillo, ahí puedes cambiarte… yo mientras tanto iré preparando el Té —Ella dijo un tanto apenada al ver el desastre de playera que tenía Anon puesta. Ella se dio la vuelta y se fue en dirección a la cocina dejando otra vez al humano solo, el calvo camino en dirección donde le había dicho la chica. La ropa aún estaba húmeda y temía que se resfriara si pasaba mucho tiempo con eso puesto. Tratando de ignorar el pasillo con múltiples obras de arte y artículos lujosos, llego hasta la puerta del baño, no tardo en tomar la perilla y entrar. Su vista quedo maravillada por la excentricidad del cuarto donde se encontraba ahora. El baño se extendió ante él, una muy innecesaria obra de lujo y comodidad. Un suelo de mármol, paredes blancas de pulcritud, una bañera independiente de hidromasaje, un tocador de porcelana con un espejo de gran tamaño y luces suaves que realzaban su apariencia. Había toallas mullidas y productos de tocador de alta calidad perfectamente dispuestos en un estante de mármol. “Definitivamente es la casa de Naomi…” Anon se adentró al sitio, trato de ignorar que este lugar era al menos dos veces más grande que su departamento, también ignoro que ella dijo que el lugar era pequeño, no quería pensar que diría ella si se enteraba dónde vivía. Tomándose su tiempo se quitó la ropa que había sido usada como pañuelo nasal, al momento sintió la frescura del ambiente tocando su piel y tembló ligeramente. Su vista se detuvo un momento en el gran espejo que tenía delante suyo, nunca le había gustado en realidad contemplarse en ese objeto. No era como si hubiera mucho que admirar, él era definitivamente delgado, con brazos escuálidos según palabras propias, tampoco era como si ser calvo ayudara en algo a su apariencia, el simplemente usaba el espejo para tareas básicas. Aunque la realidad es que él no estaba en mala forma, pero tampoco estaba en óptimas condiciones, siempre había evitado hacer ejercicio por pasar demasiado tiempo en internet, el ser pobre tampoco ayudaba a su alimentación básica. Como resultado muchas veces su autoestima iba cuesta abajo y más cuando eso interfería con su vida social. Luego pensaría en solucionar eso, el día de hoy le había enseñado varias cosas, entre ellas “no quedarse estancado en un solo pensamiento”. Tal vez debía pensar más en sí mismo y su desarrollo personal, de cualquier caso ya fuera el ejército o la universidad, tendría que estar en buena forma para afrontarla. “Un paso a la vez Anon… un paso a la vez” No perdiendo más tiempo, abrió la perilla de agua y lavo levemente su rostro, tomo la toalla más cercana y se secó lo mejor que pudo. Luego se puso la playera y no pudo evitar sentir esa gran sensación de suavidad que solo podían darse el lujo de tener los ricos, el mentiría si no digiera que casi se derrite al tacto, con algo como eso podría estar todo el día de buen humor. Acabando con el asunto regreso a la sala de estar, admitiría que se tomó un poco más del tiempo necesario para prepararse, pero muy pocas veces en la vida tendría la oportunidad de estar en un lugar así. Cuando llego pudo ver que la Parasaurio ya estaba en el sitio, ella tenía una bandeja de con dos tazas de Té en sus manos, también una pila de galletas de una costosa marca. Pudo ver que la chica también se había arreglado un poco, su cabello ya no estaba desordenado, su cara había sido lavada para retirar los restos de lágrimas que tenía en sus mejillas. También se había retirado el lazo rojo que tenía en su cuello, su camisa estaba un poco suelta y le daba esa sensación de frescura. —Anon, por favor toma asiento, ya casi terminé de servir el Té —Ella dijo mientras se dirigía al extremo de la mesa para poner una pequeña tetera que tenía liquido de aroma sumamente agradable. El humano simplemente obedeció y se sentó en el mismo sofá de antes, ahí en silencio se quedó mirando a la chica que terminaba los preparativos. No paso mucho tiempo antes que ella acabara y pasara una taza al humano. Al tomar la taza entre sus manos sintió el agradable calor que transmitía a través de sus dedos. Inspiró profundamente, dejándose llevar por el aroma de las hojas de menta que ascendía desde la taza —Puedes comer todo lo que quieras —Una sonrisa salió de la rubia mientras también tomaba su taza de Té y se sentaba justo al lado del humano. Anon alzo una ceja ante esto, luego miro al restante del lugar y noto que había un gran espacio que se podía haber utilizado. El sofá no era pequeño y tampoco era el único, sin embargo ella decidió tomar lugar justo a su lado, tan cerca que podía sentir el poco calor que desprendía ella como dinosaurio. Estaba demasiado cansado para que su cerebro pensara sobre esa acción, también como para dejar que sus alarmas internas se activaran por tener una chica justo a su lado. Simplemente tomaría lo que la vida le da, tal vez se preocupe por eso en otro momento. Sintiéndose hambriento tomo una de las galletas y dio un mordisco, escuchó el tenue crujido al morderla, liberando los aromas de la canela y la almendra. Luego tomo un poco del Té de menta y los sabores se intensificaron múltiples veces. Ambos comieron en silencio mientras los minutos pasaban, los sonidos de las galletas siendo trituradas y los sorbos del líquido era lo único que se escuchaba en ese momento. No podían culparlos, realmente habían cedido al hambre que estaban ignorando desde que habían sido encerrados en la habitación de la biblioteca. La sensación de relajación abrumo a los adolescentes al terminar, solo podían recargarse en el sofá después de eso, sus ojos somnolientos daban indicios que por fin todo ese drama que habían vivido acabo con sus energías. No se habían dado cuenta, pero la Parasaurio se había recargado nuevamente al costado del humano, su cabeza también se inclinó para apoyarse en el hombro de Anon. —Naomi… creo que deberías ir a tu habitación, yo puedo quedarme aquí hasta el amanecer —Él dice mientras un bostezo sale de sus labios, igualmente le cuesta un poco de trabajo el mantenerse despierto. Ella no responde al principio, sus parpados se cierran de manera desiguales y siente su cabeza tambalear de un lado a otro. Pero ella está demasiado cómoda para moverse, un poco de decepción llego a ella al escuchar esas palabras, esperaba tener un poco más de conversación con Anon, pero simplemente estaban demasiado agotados para ello. —¿Podemos quedarnos así un poco más? —En cualquier otra circunstancia ella nunca diría eso, pero por alguna razón ahora se siente un poco diferente, parece un sueño y no quiere despertar. —Claro… —El humano dice sin pensar, de igual manera una comodidad abrumadora lo inunda, no sabe si es por la playera de ricos que usa, si es por el relajante Té o por tener a esa chica a su lado. Instintivamente levanta su brazo y rodea a la chica para que ella pueda apoyarse mejor, ella acepta sin poner resistencia. Antes que se den cuenta ambos quedan dormidos en el sofá de la chica. Los sonidos de un plácido sueño rondan en la sala, el sueño que tienen ambos es tan profundo que ignoran todo, excepto la sensación de comodidad. Por su parte Naomi al fin tiene una pequeña sonrisa mientras duerme, después de largo tiempo en su vida hay algo de paz. Al día siguiente ¡YAWN! El sonido de un lindo bostezo salió de la Parasaurio, ella trato abrir sus ojos como era de costumbre en cada mañana. Su alarma interna le insistía que debía levantarse para un nuevo día, pero los rastros del sueño profundo aun dominaban la conciencia de la chica. Ella intento levantarse, pero sus fuerzas cedieron cuando sintió que estaba detenida por algo que la rodeaba. Esta fuerza no ejercía ninguna presión, pero parecía que un objeto pesado la estaba rodeando por la espalda y terminaba en su cintura. Naomi pudo haber hecho un esfuerzo mayor por apartarse y descubrir lo que la estaba deteniendo, pero aquello era sorprendentemente cálido lo que hizo que ella detuviera sus intentos por levantarse. Solo podía sentir esa calidez que rodeaba su cuerpo, era casi como si abrazara un gran oso de peluche y este la estuviera abrazando de vuelta. Si su cuerpo y mente no estuvieran tan cansados, pudiera ser que sobrepasara la comodidad que le proporcionaba ese calor, pero no fue el caso. Sus ojos adormilados se cerraron nuevamente, dejando que ese calor cubriera su cuerpo y se adentrara a un sueño reparador. Las horas pasaron y las alarmas internas en la mente de la chica fueron apagándose, mientras más sentía la placentera sensación de aferrarse a lo que su agotado cuerpo le estaba exigiendo desde hace semanas. Aun en sueños podía sentirse agobiada por todos los trabajos y labores como presidenta, no era una tarea sencilla, así que ella agradecía cualquier segundo extra de poder dormir un poco más. La mayoría de las veces esa agotadora sensación de no poder descansar le provocaba que en las mañanas fuera difícil el levantarse. Eso acababa cuando se daba su ducha fría matutina, el agua congelada corriendo en su cuerpo hacia que olvidara al instante cualquier rastro de sueño. Pero ahora el estar en esa posición y estar junto a algo tan cálido que era embriagante, casi deseaba no poder despertar jamás y así no apartarse de lo que sea que estuviera abrazando. Pero algunos rayos de sol tocaron su rostro, estos se estaban filtrando en una abertura de persianas semi abiertas. Ella pudo haber ignorado eso, pero el tiempo prolongado hacia que sintiera que las finas escamas de su piel sintieran ser quemadas por la intensidad del sol matutino. Inconscientemente busco otra posición para evitar al menos quemarse el rostro, pero aún tenía ese objeto que parecía obligarla a estar acostada en ese lugar. Su única mano libre se estiro con pereza y la alzo lo suficiente como para tapar levemente los rayos de luz que daban en su cara, ella intento mover la otra mano, pero se dio cuenta que estaba atrapada entre el objeto cálido y el respaldo del sofá. —Y-yo… ¿Dónde estoy?, Esta no es mi habitación… —La chica hablo mientras sentía su garganta reseca, su vista cansada estaba intentado determinar donde se encontraba exactamente. Poco a poco, la chica comenzó a moverse, parpadeando con pesadez mientras recuperaba la noción de la realidad. No era común que ella se quedara en un lugar que no fuera su habitación, podía recordar a su madre insistirle que era de mala educación pensar en dormir en un lugar que no sea su cama propia. Con forme fue centrando su visión, pudo distinguir la sala de su casa, los lujosos muebles y decoraciones que eran parte de lo que ella llamaba hogar. Todo parecía estar con relativa normalidad, tan tranquilo y frio como lo estaría cualquier día de la semana. Pero a pesar de ello y lo mucho que le disgustaba siempre la visión de esa gran casa solitaria, podía sentirse en paz y serenidad como nunca antes lo sintió. Era como si se hubiera liberado de esas pesadas ataduras que la estaban reteniendo, esa sensación de miseria ya no se encontraba… al menos no del todo. Se sentía agotada físicamente, sus parpados se sentían pesados, sus músculos le dolían, rogaban por un poco más descanso y su energía estaba por los suelos. Pero aun con eso… estaba renovada, un nuevo día donde lo anterior que había sucedido no importaba en lo más mínimo. “Así… ¿qué es este presentimiento que tengo?” Ella pensó mientras trataba de incorporarse del sofá, solamente que aún se sentía retenida por ese misterioso objeto donde andaba descansando. Solo fue cuando pudo centrar su vista completamente en lo que estaba justo enfrente de ella, luego el peso de la realidad llego a su mente. Justo enfrente de ella se encontraba Anon, su respiración tranquila y rítmica, algunos sonidos incomprensibles salían de la boca del humano que estaba soñando profundamente. Su rostro tenía una sensación de tranquilidad, un poco de luz se reflejaba en su calva cabeza, debido a la posición en que estaban este podía reflejar algo de luz. —¿Qué está haciendo Anon aquí? —Ella dijo levemente asustada, su mente empezó a correr a mil por hora tratando de recordar algo de lo sucedido. Sus pensamientos la abrumaron de golpe, sintió como su cuerpo se tensó, aunque no era de mala manera en esa ocasión. Volteo a ver al humano que aún seguía durmiendo, luego de eso sintió como sus mejillas comenzaban a cosquillear y su rostro se puso en un tono completamente rojo. Naomi llevo su única mano libre en dirección hacia su hocico, no podía controlar sus balbuceos incomprensibles, podía sentir su cara arder de la vergüenza, sentir su corazón acelerarse por la posición en que se encontraban. No solo estaba abrazando al humano, también las piernas de ambos estaban entrelazadas aumentando esa cálida sensación, eso sin contar su cola que parecía haberse aferrado a la cintura de Anon. Por unos momentos los ojos de la chica se deslizaron hacia su parte baja, su corazón latía con fuerza mientras suplicaba en silencio para que sus ropas permanecieran en su lugar. Un alivio llego a ella, vio que ellos aún estaban completamente vestidos aun con sus ropas del día anterior. La cercanía de sus cuerpos era bastante intima, no era como si el sofá fuera pequeño, nada de eso, era bastante grande en realidad. Tampoco habían tenido la necesidad de usar alguna manta para el frio de la madrugada, el calor que compartían fue suficiente para que ambos durmieran abrazados durante toda la noche sin queja alguna. Ahora que Naomi sentía vergüenza, recordar esa sensación de estar abrazando algo extremadamente cálido, de no querer soltarlo ahora dominaba su mente. No solo eso, sino que también ella se había “frotado” de una manera poco apropiada contra el humano. —Cielos… contrólate, debe haber una explicación para esto —La rubia se dijo a si misma mientras intentaba buscar sus anteojos. Su mirada se posó en varias partes del sitio, pero pudo llegar a ver que no se encontraban muy lejos en una mesita cercana. Ella intento alcanzarlos, solo que los rayos de luz que estaban golpeando su rostro eran bastante insistentes. Ella dio un pequeño gruñido cuando sintió que su intento de moverse era inútil, estaba atrapada por el abrazo de Anon y su agarre firme. Se tomó unos segundos más para pensar en un plan mejor, no quería despertar a su compañero y crear un gran malentendido. Así que quedo en silencio, sus pensamientos fueron opacados por sonidos del nuevo día. La chica empezó escuchar en el sitio, el cantar de los pájaros y el sonido de los aspersores de agua estaban empezando acumularse por la calle de los suburbios. Pudo escuchar el sonido de algunos de los trabajadores de las casas que arreglaban los jardines vecinos, pudo escuchar el sonido de un potente vehículo que se iba aproximando. Entonces todo se vino abajo. El rostro de la Parasaurio perdió el color cuando reconoció el sonido de ese vehículo en particular, uno de los cuales muchos vecinos habían presentados quejas y con justa razón. Con un sobresalto sintió que cualquier rastro de sueño restante se desvanecía de sus ojos, el sonido del automóvil solo fue incrementando, haciendo que el pánico de la chica aumentara. —¡ANON DESPIERTA RÁPIDO! —Ella grito mientras intentaba incorporarse, en su desesperación había olvidado el pequeño detalle que sus piernas y cola aún estaban envolviendo al humano. —Eh… Que… ¿Naomi?—El calvo dijo aun con ese tono adormilado, en su confusión aun no podía notar el rostro de miedo de la chica. —¡Anon por favor despierta!, ¡MIS PADRES ESTÁN AQUÍ! —Con movimientos torpes intento levantarse, solo para ocasionar que ambos cayeran del sofá al suelo. El ruido sordo de la caída se vio opacado el quejido de los adolescentes, ambos soltaron un sonido de dolor cuando sintieron el impacto. A pesar del golpe, el humano aun no recuperaba completamente la conciencia de lo que estaba ocurriendo, sus ojos entreabiertos solo pudieron ver la figura de Naomi que ahora estaba arriba de suyo. —¿Eh?... ¿Padres?... ¡TUS PADRES! — Anon igual grito mientras se levantaba y apartaba el cuerpo de Naomi del suyo. La rubia cayo unos centímetros lejos del calvo gracias al sobresalto, pero ninguna queja salió de ella. Con rapidez los dos se pusieron de pie, el calvo empezó a moverse torpemente, el buscaba sus tenis de marca económica que se había quitado en algún momento de la noche. El humano comenzó a voltear a todas partes, no tenía idea de lo que estaba pasando, solo esperaba que los padres de Naomi no fueran los suficientemente intolerantes con la situación. Solo podía llegar a agradecer a la chica por levantarlo, no quería pensar que lo confundieran como alguien que se aprovechó de la inocencia de su hija y le metieran unos balazos alegando allanamiento a su hogar. Estaba tan sumido en sus pensamientos que no noto que Naomi estaba acomodando desesperadamente la zona donde ellos habían estado durmiendo, había cargado en sus brazos algunas de sus cosas que delatarían que estuvieran ahí en primer lugar. Luego de eso tomo de la mano al chico, él no pudo objetar nada ya que aún estaba demasiado aturdido y somnoliento. —¡Naomi, que rayos! —El agarre inusualmente fuerte y apresurado hizo que terminara de despertar casi por completo. El chico vio como esta mujer lo jalaba a lo que parecía ser una puerta cercana a la sala, ella la abrió con rapidez y arrojo las cosas que tenía en sus brazos en ese lugar. Luego en un movimiento rápido ella entro y jalo al humano dentro del sitio. Antes que pudiera decir algo escucho como el potente ruido de un auto deportivo que se estaciono justo en la cochera de la casa. Los sonidos de risas siguieron después de escuchar el vehículo apagarse, esas risas eran joviales y llenas de alegría desmedida. El sonido de la cerradura de la puerta se escuchó, luego la puerta azoto en la pared más cercana, no existía rabia en ese azote inoportuno, solo eran las acciones de la pareja que seguían con sus juegos de la noche anterior. Los pasos de los dos Parasaurios se escucharon, eran torpes y llenos de energía, las voces que eran poco silenciosos al principio, al cerrar la puerta estos se dispararon en volumen. —¡Tony, por favor contrólate! —La voz de la madre de Naomi era lo suficientemente potente para llegar incluso detrás de la puerta donde estaban escondidos ambos adolescentes. —Dolcezza… ¿Cómo puedo controlarme? tengo a la más hermosa mujer del mundo en mis brazos, no me pidas cosas imposibles — Él dijo mientras abrazaba a su pareja y hundía su rostro en el cuello de la mujer y daba besos íntimos. —Querido, tengo trabajo en la oficina y ya voy unas horas tarde —Ella dijo poniendo mínima resistencia a las acciones de su esposo, aunque sus palabras no indicaban el gozo que expresaba su mirada, ya que ansiaba más de esa sensación. —Entonces simplemente no vayas el día de hoy a trabajar Cassandra, tenemos la casa sola por varias horas antes que lleguen nuestras hijas —El hombre de cabellera negra hablo, mientras tomaba a su esposa e incrementaba la sesión de besos que habían comenzado. Los sonidos íntimos de la pareja continuaron escuchándose, no había tregua entre los dos amantes que daban rienda suelta a su pasión recientemente redescubierta. Todo parecía perfecto, excepto que dentro del cuarto de servicio las cosas eran totalmente distintas. Apenas tenían el espacio suficiente como para estar ambos adolescentes, las escobas y baldes de limpieza reducían bastante el espacio del sitio. Anon y Naomi, estaban visiblemente incómodos, no era precisamente por escuchar la ruidosa sesión de besos de los padres de la chica, también era porque sus cuerpos estaban… demasiado cerca. “Por JesusRaptor…” “Terminar encerrado con Naomi se estaba volviendo más común de lo que pensaba” ¿Que se traía el destino con que el terminara de esa manera siempre? El humano aún se estaba recuperando del abrupto despertar que tuvo, luego fue arrastrado a un cuarto oscuro y pequeño junto a la rubia. Tal vez si hubieran tenido más tiempo pudieran haberse escondido en el cuarto de Naomi, incluso en el sótano u otro lugar con más espacio. Por el nerviosismo y alerta de la presidenta debía haber una buena razón por la que hizo esto, le hubiera gustado preguntar el motivo. Pero ahora estaban ahí, con el espacio suficiente como para moverse ligeramente, pero no lo hacían por el miedo de mover algún objeto y este hiciera el ruido suficiente como para delatarlos. Con la posición que mantenían, ellos ahora estaban bastante “cerca”, más de lo que deseara en realidad. El cuerpo de ambos estaba a pocos centímetros de distancia, casi rozándose entre sí, con cada respiración que daban sus cuerpos tenían contacto mutuo. Naomi tenía sus manos en el pecho de Anon, ella aplicaba un poco de fuerza para evitar juntar el cuerpo del humano con el suyo por completo. Por su parte el chico tenia uno de sus brazos apoyados en una pared cercana, el entrar ahí de manera tan repentina no lo había dejado en la mejor posición. Otro de sus brazos estaba rodeando la cintura de la Parasaurio, no sabía cómo había llegado a esta situación en particular, pero no tenían opción. Aunque las luces eran casi escazas, aun contaban con algo de iluminación que provenía de las orillas de la puerta, la luz del día daba cierta tregua, al menos no estarían en total oscuridad. —Naomi… —Anon trato de decir en voz baja, solo para sentir como uno de los dedos de la chica se ponía sobre sus labios para callarlo. Anon bajo la mirada y pudo ver el rostro de la chica, ella estaba roja de vergüenza, seguramente por la posición en que se encontraban, aunque también pudiera ser porque sus padres estaban en un momento intimo justo al otro lado de la puerta. También vio que tenía una mirada con una expresión suplicante, el mensaje era lo suficientemente claro para indicarle que ella quería que se quedara en silencio lo más posible. Un escalofrió paso por su espalda al darse cuenta que ahora estaban en una peor situación que antes, si llegaran a encontrarlos ahí dentro seria el final del juego para él. Si al principio sentían incomodidad, ahora sentía eso diez veces más fuerte. Momentos después los sonidos del coqueteo y bromas se convirtió en algo más intenso. La charla de los padres de la chica se acabó, ahora se escuchaban sus voces entrecortadas por las pesadas respiraciones que tenían encada intercambio de besos ardientes y gemidos. “Qué demonios… dime que NO están haciendo lo que creo que SI están haciendo” El humano pensó con horror, escuchar como algunos muebles de la casa eran derribados, seguidos de palabras de pasión de los Parasaurios, eso no era algo que quisiera tener en su mente… Bueno si, es algo que se imaginaria en otras circunstancias. Pero una cosa era ver porno en la privacidad de su casa y otra muy diferente era imaginarse a los padres de Naomi tener intimidad salvaje a unos metros de distancia. “Bien Anon, no piensen es nada y todo estará bien” “Solo olvida que tienes a una chica extremadamente linda rozando tu cuerpo… y que sus padres están teniendo Sexo Jurásico al otro lado de esa puerta” —Anon, por favor cállate… y no uses “Sexo Jurásico” para describir lo que hacen mis padres… es ofensivo —La chica hace lo posible para hablar lo más bajo posible, su rostro se entierra en el pecho del calvo. El humano puede jurar que ella podría estar echando humo de sus canales auditivos, su rostro está ardiendo y puede escuchar un leve gemido de frustración combinado con vergüenza. No ayuda el hecho de que sus padres efectivamente están iniciando un acto como ese justo al lado de ellos, tampoco ayuda que el calvo la hubiera llamado “Chica extremadamente linda”. —¿Escuchaste algo? —El sonido de la madre de la chica se escucha y detienen toda actividad de inmediato. —Si… guarda silencio —El Parasaurio de pelo negro también habla con un tono de voz realmente cauteloso. Al instante Naomi se aleja y lleva sus manos a su hocico, su mirada de preocupación es compartida con el humano que siente su corazón latir por la posibilidad de ser descubiertos. Ambos quedan congelados, pueden escuchar a los padres de la chica moverse tranquilamente en la habitación buscando el extraño sonido. RING!!! RING!!!! Antes que los Parasaurios pudieran seguir buscando, el sonido de un teléfono se escucha en el lugar, el insistente timbre es seguido de una tonada de estilo inglés muy particular. Al momento la madre de Naomi da un respiro de frustración mientras se dirige a su bolso para contestar el dispositivo. Cassandra: Mas te vale que sea importante… ¿Qué el cliente cambio de opinión?... Sabes que cambiar eso a última hora será casi imposible... Okey solo cállate… no lo pospongas… salgo ahora mismo. Los adolescentes guardan silencio mientras escuchan como el sonido de la frustración de la Parasaurio adulta se escucha en toda la casa. Anon levanta una ceja mirando a la chica, ella le responde con un girar de ojos insinuando que son cosas del día a día, el humano asiente mientras espera a que eso ponga fin a su problema. —Lo siento querido… tendrá que esperar, los ineptos de mis asistentes no pudieron completar una simple tarea —La mujer rubia dice mientras acomoda sus ropas de vuelta. —No te preocupes “Vita mia”, siempre olvido que una mujer tan perfecta como tú siempre tiene que estar pendiente de asuntos tan importantes —El pelinegro dice mientras se pone su chaqueta de vuelta y se alista para llevar a su esposa a su trabajo. —Tal vez cuando termine podamos ir a un lugar más… “romántico”, para acabar lo que comenzamos aquí —Ella dice mientras rodea a su esposo con sus brazos por el cuello. —Nada me gustaría más que eso mi Dolcezza —El hombre rodea con sus brazos a su mujer, siente sus fuerzas renovadas al estar enamorado nuevamente y la besa por lo que serían horas para ambos. Entre risas ambos salen de la casa y abordan de nuevo el vehículo deportivo, momentos después se escucha el gran motor arrancar, el salvaje sonido se hace menor a cada momento que se aleja de la casa. Solo pasan unos segundos antes que la puerta de servicio se abra de golpe y ambos adolecentes caigan de manera precipitada al suelo. —NooooOOOOooooOOOooo, ¿Porque tenían que hacer esas cosas justo ahora? —Naomi suelta un gemido de diferentes tonos, también trata de cubrir su propio rostro que arde por todo lo que tuvo que pasar. El humano se levanta y mira con un poco de diversión a la presidenta, está mostrando otra faceta de su personalidad que nunca pensó ver. No es diferente a cualquier chica que pudiera conocer… bueno, no es que el conozca a muchas mujeres en primer lugar o personas en todo caso. Pero su punto es que Naomi no es diferente a cualquiera que pudiera llegar a conocer, ella puede sentir vergüenza, felicidad, tristeza, ira, odio, alegría. Puede llegar a ser torpe, equivocarse y ser precipitada, eso no le quita que es buena en muchas cosas que el soñaría con realizar, no es la señorita perfección como todos piensan, pero es alguien comprometida con lo que se propone. Y aun con eso había personas que la molestaban y estaban dispuestas hacer su vida un infierno, solo por ser algo que no les agradaba o disgustaba. Nadie merece un trato así, todos eran personas y cualquier puede llegar a equivocarse en su forma de hacer las cosas. —¿Necesitas ayuda? —Él dice mientras mira que la chica ha terminado de lamentarse de su suerte, ella ahora está sentada en el suelo mientras su rostro sigue enrojecido, ella se ha quitado sus lentes para limpiarlos de rastros de polvo por adentrarse al cuarto de servicio. Ella lo mira con sus grandes ojos esmeraldas y toma la mano que le ofrece el humano sin pensarlo, siente la fuerza del hombre que la levanta con facilidad y no puede evitar sonreír al ver al calvo divertirse con la situación. —Anon, ¡Promete que no dirás nada de lo que paso en esta habitación! —Ella exclama mientras se reajusta las gafas intentado mantener la compostura, no podría vivir con ella misma si se enteraran que sus padres se andan comportando como unos adolescentes con las hormonas aceleradas. —No te preocupes por eso… de todas maneras nadie me creería que estuve aquí en primer lugar —El levanta sus hombros y mira a la chica que suspira de alivio al escucharlo. Ambos se toman un momento para calmarse, aún se encuentran agotados, en sus mentes tienen la misma idea y caminan al sofá para tomar asiento. Se dejan caer sin ningún tipo de decoro y solo atinan a mirar al vacío sin decir nada, pero la calma se puede sentir en el ambiente. Casi parece irreal que hasta el día de ayer Naomi tuviera una crisis existencial, algo que parecía poder a subir a niveles tan peligrosos. Y el día de hoy habían amanecido con situaciones dignas de rozar entre lo absurdo y lo ridículo. “Pero, eso era bueno… ¿No?” Las malas situaciones pasan, nada es para siempre, hay ocasiones en que un problema parece imposible y el fin del mundo para muchos. Pero a veces solo se necesita que un nuevo día comience, verlo desde otra perspectiva y saber que hay tiempo para resolver muchas de las cosas que parecían sin solución solo un día anterior. —Anon… ¿Qué hora es? —La Parasaurio pregunta mientras se queda helada por un momento, el humano simplemente voltea para buscar algún reloj en la casa. —Más del medio día —Él dice sin darle mucha importancia, solamente espera que la chica no enloquezca al saber que han faltado al día de clases. —Oh… nunca he faltado a clases en mi vida —Ella dice como si fuera lo más natural del mundo, aun así, hay un gesto de preocupación en su rostro. —Siempre hay una primera vez para todo —Naomi sonríe ante esas palabras, por algún motivo siente que no es tan malo el faltar ese día a la escuela, no cuando últimamente solo cosas malas le pasaban en el instituto. Ella voltea sutilmente a ver al humano, al igual que ella se encuentra en un estado de reposo mental, asimilando lo que ha pasado en el último día. No puede evitar dar una mueca triste al recordar todo lo que le ha sucedido, aun siente ese dolor en su corazón. —Yo… supongo que debería irme a mi casa, no quiero ser alarmista, pero siento que tus padres podían volver en cualquier momento —El humano dice repentinamente, la chica mira con sorpresa y luego con decepción, pero puede comprender el punto del humano. —Supongo que tienes razón —Ella dice antes de sentir que la mano de Anón toma la suya. —Este será un fin de semana largo… ¿Estarás bien? —Una pregunta sincera sale del humano, se puede ver su rostro con preocupación y esto hace que ella se sonroje un poco. —Claro que si —Ella dice de manera suave, puede sentir su corazón latir con fuerza, una sonrisa genuina sale de su cara y entre cierra los ojos con alegría. Por ahora solo quiere sonreír, siente su corazón rebosante y no puede dejar de mirar al humano. No sabe definir porque tiene esos sentimientos, pero es una sensación agradable… si, le gusta sentirse así, saber que aunque este en la miseria absoluta, aún tiene una persona que esta con ella. “Aunque sea un minuto más… no quiero dejar de sentir esa sensación” Esas palabras no dejan su mente, permanecen incluso cuando ve partir a Anon de su casa, cuando ella se queda sola nuevamente, cuando ella se va a su habitación y se acuesta en su cama, aun cuando siente las lágrimas salir de su rostro. Hay una lucha interna entre dolor, tristeza, miseria y demás cosas negativas, pero el nuevo sentimiento permanece y opaca a los demás. Puede darse el lujo de llorar esta vez, no por tristeza, sino porque siente que al fin la vida realmente está tomando un rumbo a mejores tiempos. Ella ansia que llegue la nueva semana de escuela, no puede esperar para ver al humano, con ese pensamiento se queda dormida pensando en la única persona que estuvo ahí para ella. Soñando sus palabras que ahora tiene más sentido que nunca. Todo va a estar bien. NO ESTAS SOLA [NOTES] HOLA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ha sido un rato!!!! pero estoy feliz de verlos aquí nuevamente!!!! :D Bienvenidos, primero que nada quisiera agradecerles por darle tiempo y amor a esta historia, realmente le estoy dando todo mi empeño y tiempo para tener algo lindo que puedan leer. Cualquier comentario es bienvenido eso me ayuda a mejorar y seguir avanzando en este fic., me gusta leer sus comentarios y siempre doy tiempo para responderlos <3 Ahora con los puntos!!!!! 1.- El usuario de (X)Twitter @EDoge1972 (Edro El Perro Mamado) lo ha vuelto a hacer. No había visto su hermoso dibujo hasta hace un par de días, no hubiera imaginarlo mejor, es muy hermoso. twitter com/EDoge1972/status/1715040859505270978 (Este es el link, visitenlo y denle mucho amor :D ) Quisiera preguntarte si puedo poner ambos dibujos aquí en la historia para el próximo capitulo (Descubrí que puedo poner imágenes), me gustaría bastante para cerrar el primer arco del fic (ojo no termina la historia, solo el arco :3) No sabes como aprecio lo que has dibujado <3 2.- PERDON!!!!!Como siempre estar trabajando no ayuda a tener capítulos pronto, he agarrado noches a escribir un poco y darle forma al fic, pero al fin puedo decir que esta pasando a la siguiente fase, a lo mejor los siguientes capítulos no son tan extensos ya que solo lo son cuando lo ameritan, trate de poner lo que necesitaba para ya cerrar el primer ciclo, creo que todas las ideas se entendieron. 3.- Bueno, con el fic, quería que esto fuera un poco mas complejo, algo mas que ella llorara en los brazos de Anon por lo menos. Me imagine que alguien podria tener un trauma que solo ha ido creciendo, algo guardado en su interior que solo puede convertirse en algo terrible. Pero no queria que terminara asi, tenia la idea que si o si al siguiente dia tenia que tener un nuevo significado, una nueva oportunidad de vivir una vida mejor. Naomi no ha resuelto sus problemas, pero al menos el primer paso para sanar se ha dado. Y bueno... intente poner un poco de humor y leve romance... Nada de eso es mi fuerte :( asi que dare mi mejor esfuerzo. 4.- Una vez mas... Gracias!!! por su apoyo, no pensé que esta historia les gustara tanto, espero seguir sacando mas capitulos que puedan disfrutar. 5- Los padres y familia de Naomi son los vistos en el mod de Dinner Delights, pronto habra mas de ellos. Eso es todo, cualquier comentario lo apreciare como no tienen ni idea y espero volverlos a leer en otra entrega :D