20 de enero del año 201M2020 A.C. – Instituto Volcano. Ya ha pasado una semana desde que me di ese beso con Rosa, a lo largo de estos días nos hemos estado viendo regularmente en la hora del almuerzo y al culminar las clases. Para mi desgracia Stella se enteró de todo lo que había ocurrido, ella no paraba de molestarnos, preguntándonos sobre nuestra primera “cita” y como terminamos juntos… ahora no me la puedo quitar de encima, maldición, lo único que puedo hacer es seguirle la corriente, tampoco quiero ser grosero con ella, se lo prometí a Rosa, en fin… Ahora mismo nos encontramos en la clase de la señora Roberts, el tema principal es proyección vocacional. Prácticamente hablamos a lo que nos vamos a dedicar cuando nos graduemos, metas, trabajos, estudios, todo eso. Ya todos nos encontramos en nuestros asientos esperando que la señora Roberts inicie su clase. Sra. Roberts – Bueno, bienvenidos de nuevo. Aunque no lo crean este año se va a pasar volando, me imagino que para este punto ya deberían de saber a qué se quieren dedicar una vez ya se gradúen de este instituto. Para serles sincera me gustaría escucharlos. No suelo pensar mucho en eso, solamente me interesa vivir el ahora… pero hay veces que me preocupa lo que me aguarda en el futuro. Sra. Roberts – Quisiera hacer una temática, parecida a la que tuvimos en nuestra primera clase. ¿Acaso piensa humillarnos de nuevo? Sra. Roberts – Hagámoslo de esta manera, les daré la oportunidad de hablar a cada uno de ustedes, cada uno me comentara sus planes y metas que tengan pensadas. Así que empecemos. Señorita Naomi porque no inicia usted. Naomi – Si… si señora. Tenía planeado entrar a una de las mejores universidades de Volcadera, quisiera estudiar medicina, planee junto con Naser ir a la misma universidad. Sra. Roberts – La verdad no voy a decir que estoy impresionada, su promedio es uno de los mejores, no me esperaba menos de usted señorita Naomi. Naomi – Gra… gracias, señora Roberts. Sra. Roberts – El joven Naser es otro de los estudiantes con mejor promedio de este instituto, además contando con sus condecoraciones por sus hazañas en el deporte. La verdad no me esperaba menos de ese joven. Siento que alguien le da una patada el espaldar de mi asiento, volteo para ver de quien se trata… es Fang ¿Qué es lo que pretende?, puedo notar una expresión de rabia en su rostro, ella se fija en mi por unos instantes, pero no me dirige la palabra, no hace nada más que sacar del bolsillo de su pantalón un celular el cual toma en sus manos y procede a teclear algo en el… ¿Qué carajos le pasa? Sra. Roberts – Me interesaría saber que pretende hacer la señorita Fang apenas salga de este instituto… La señora Roberts se da cuenta que Fang está usando su celular y se acerca hasta donde se encuentra ella. Sra. Roberts – ¡Fang! ¡¿Acaso mi clase le parece aburrida, monótona o simplemente no le importa?! Fang – No… no, simplemente estaba tomando algunos apuntes… Sra. Roberts – Dámelo, no hay excusas que valgan. La señora Roberts abre la palma de su mano dándole la señal a Fang para que le entregue el celular. Fang no tiene de otra y se lo entrega, la señora Robert se dirige a su escritorio y guarda el celular de Fang en uno de los cajones. Veo claramente a Fang se le ve bastante molesta. Sra. Roberts – Bien, ustedes ya deberían de saber que en mi clase no se puede utilizar el celular. Además, señorita Fang, me gustaría saber que va a hacer de su vida después de que se gradué, la escucho. Fang se cruza de brazos y trata de ignorar la pregunta. Sra. Roberts – ¿Y bien? Fang – Yo… voy me iré de gira con mi banda, voy a vivir de lo que me gusta, la música. La señora Roberts alza una ceja, su rostro expresa fría seriedad. Fang – Aunque… a usted le parezca una pérdida de tiempo, eso es lo que realmente quiero, vivir de la música. Sra. Roberts – En ningún momento dije que me parezca una pérdida de tiempo. Fang cambia su expresión de enojo a una más serena. Sra. Roberts – Se de antemano que tiene talento señorita Fang, el problema es que usted no sabe cómo enfocarlo correctamente. Vivir de la música es un sueño que muy pocos pueden llegar a lograr… nada es imposible si hay pasión y dedicación de por medio. Fang reflexiona sobre lo que le acaba de decir la señora Roberts, ella solo guarda silencio y fija su mirada a la mesa de su escritorio. Sra. Roberts – Bien, además de la señorita Fang, desearía saber de sus planes para el futuro señorita Trish. Trish – Uhhh… bueno, igual que a Fang a mí me apasiona la música, quiero seguir en la banda y algún día poder ser ricos y famosos, vivir la buena vida. Sra. Roberts – Es un sueño bastante ambicioso, no está mal tener algo de ambición en la vida, ¿pero está segura que puedes alcanzar tal hazaña? Trish – ¿Acaso duda de que no lo vayamos a lograr? Sra. Roberts – Si. Se le puede ver a Trish enojada por la afirmación de la señora Roberts. Sra. Roberts – Es una meta difícil pero no imposible, se deben plantar los pies en la tierra y saber qué nada en la vida se consigue con tanta facilidad. Trish – ¿A qué se refiere? Sra. Roberts – Habrá momentos en los que te sentirá vulnerable, tendrás momentos en los que va a fracasar, en algún punto te debes sincerar contigo misma y resistir. Aprovecha todas esas experiencias para superar los obstáculos que se avecinan. La personalidad explosiva de Trish desaparece en un santiamén, ahora se ve vulnerable, preocupa por todo lo que acabo de escuchar. Supongo que ella confiaba mucho en su talento y de los de sus compañeros de banda. Sra. Roberts – Mire señorita Trish, mi intención no es desanimarla si no hacerle entender que no es un camino fácil el que está dispuesta a recorrer, si no que entienda que con una buena planeación y tomando las decisiones correctas se puede hacer lo imposible. Trish – Se que habrá dificultades y las vamos a enfrentar por las buenas o por las malas. Trish cambia de nuevo a su actitud desafiante mientras truena los nudillos de ambas manos. Sra. Roberts – No es necesario amenazar o golpear a las personas que no les guste su música, simplemente trate de pensar las cosas con la cabeza fría, toda acción lleva a una consecuencia, ¿quedo claro? Trish – Si… Sra. Roberts – Perfecto. Continuemos con la siguiente… señorita Stella, dígame que puede vislumbrar en su futuro. No sé si eso fue una indirecta a que a Stella… Stella – Bu… bueno yo tengo planeado ser escritora. Sra. Robert – Ya veo, ¿algún género que le llame la atención? Stella – Bueno, me gusta mucho las novelas románticas y dramáticas, la verdad son dos géneros literarios que se complementan mucho. Sra. Roberts – ¿De casualidad ha escrito algo ya o tiene planeado escribir alguna historia? Stella – La verdad es que ya he escrito varias historias, las subo todas en una página de internet llamada Rattpad. Sra. Roberts – ¿Rattpad? Stella – Si señora, hay encuentra todo tipo de material de lectura, todo el que quiera. Sra. Roberts – ¿Ah sí?, tal vez le dé una oportunidad y busque algo para leer esta noche. Stella – ¡No se va a arrepentir! Veo que Stella está bastante emocionada, al menos pareciera la única con entusiasmo aquí. Sra. Roberts – Veo que está bastante emocionada señorita Stella, es bueno tener una actitud positiva, pero eso puede llegar a ser un arma de doble filo. Stella cambia su actitud de entusiasmo por una de confusión. Stella – Porque lo dice señora Roberts, le pongo mucho empeño a mis historias, pienso que son muy buenas. Sra. Roberts – Tener tanto entusiasmo puede segarla al momento de empezar a recibir los comentarios de tus lectores, ya que debe de tener buen temple para afrontar las críticas a sus escritos. No quiero quitarle el entusiasmo señorita Stella, solamente quiero que entienda que no se deje llevar y pensar que sus obras son perfectas, es bueno recibir críticas, eso nos ayuda a mejorar y corregir en lo que estamos haciendo mal. Stella – Supongo… que tiene razón. Sra. Roberts – Me alegra que comprendiera mi punto de vista… bueno, sin perder el tiempo sigamos con el siguiente… que tal usted señor Abel, me interesa saber que desea para su futuro. La señora Roberts me ha tomo desprevenido, solamente me fijo en la profesora y respondo nerviosamente. Abel – Si se… señora, bueno… mi plan inicial es estudiar botánica igual que mi madre. Sra. Roberts – Ah, ya veo, ¿acaso es algo que realmente te gusta o es algún tipo de recomendación familiar? Abel – Bueno… para ser sincero mi madre me influencio un poco en eso, pero realmente me llama mucho la atención estudiar todo lo relacionado con las plantas. Sra. Roberts – Me parece excelente que tenga una meta predefinida, pero debe de pensar si eso es realmente lo que quiere para el resto de su vida o solo lo hace para complacer a algunos. Realmente eso me dejo pensando, quiero estudiar botánica porque es algo que realmente me apasiona o solamente lo hago para complacer a mi Má, creo que debería pensarlo mejor. Abel – Sinceramente debo pensarlo… Sra. Roberts – No se preocupe, aún queda casi un año para que lo piense detenidamente. Abel – Si… si señora. Sra. Roberts – Bien, continuemos… señor Leonardo, ha estado bastante distraído en todo lo que llevamos de clase, me interesa saber qué planes tiene cuando se gradué. Leo vuelve de su viaje astral y le responde a la profesora. Leo – Supongo que puedo compartirlo. En realidad, tengo dos posibles caminos que tomar para el resto de mi vida. Sra. Roberts – Interesante, podría compartirlo para el resto de la clase. Leo – Bueno, al principio tenía planeado entrar al ejército ya que es algo que querría mi padre, ya que él es teniente, y en estos momentos está de servicio. Por otro lado, hace poco me empecé a dedicar más a la música y me llama la atención poder vivir de ello. Sra. Roberts – Vaya, estoy sorprendida que una meta difiera tanto de la otra, embarcarse en una vida militar o en una carrera musical. ¿Realmente que es lo que realmente desea señor Leonardo? Leo – No lo dudo, quiero dedicarme a la música, pero si por alguna razón llego a fracasar en eso no tengo más opción que alistarme en el ejército. Sra. Roberts – Seria como su plan de respaldo, no. Leo – Por así decirlo. Sra. Roberts – Bueno, supongo que tiene bastante claras sus metas, para serle sincera no tengo nada más que decir a eso. Leo simplemente vuelve a su actitud clamada y distraída, dejando que la clase prosiga. Sra. Roberts – Siguiendo con nuestra dinámica, me gustaría saber sus planes futuros señor Reed. Reed al igual que Leo estaba absorto en sus pensamientos, distraído mirando hacia el techo, el solamente fija su atención a la señora Roberts y responde. Reed – Realmente no la tengo muy clara… pretendía seguir en la banda y ver que nos deparaba el destino… simplemente eso, no tengo algún plan de respaldo o algo por el estilo. Sra. Roberts – Una actitud despreocupada… ¿está seguro que es buena idea dejarse llevar y esperar que todo suceda espontáneamente? Reed solo se encoje de hombros y no tiene nada más que decir. Sra. Roberts – Al menos señor Reed debería tomarse más enserio su propia vida y no esperar que todo suceda por que sí. Reed – Si seguro… veré si pienso en algún plan b o algo por el estilo… Reed vuelve a su actitud distraída y solo se queda mirando hacia la nada. Sra. Roberts – De acuerdo, continuemos con… la señorita Rosa. Rosa estaba atenta a todo lo que tenía que decir la señora Roberts. Rosa – Si señora. Sra. Roberts – Muy bien, quisiera compartir con los demás que piensa hacer después de la graduación. Rosa – Bueno la verdad es que… tenía planeado entrar a la universidad y estudiar... botánica. Me sorprende un poco saber que ella tiene planeado estudiar lo mismo que yo, bueno… la verdad era un poco obvio al sabiendo que ella es la presidenta del club de jardinería. Rosa – Siempre me apasionó todo lo que sea referente a las plantas, desde que era pequeña mi afición fue cuidar de ellas, además me encantaría aprender más de ese mundo. Sra. Roberts – Puedo notar su pasión señorita Rosa, para ser sincera sus palabras son genuinas, no tengo nada que refutar a su decisión. Rosa – Gracias, señora Roberts. Sra. Roberts – Lo único que se me hace curioso es que usted y el señor Abel tengan las mismas metas, ¿se debe a algo o es simple casualidad? Maldita sea… no puedo esconder mi vergüenza a esa pregunta, solo puedo permanecer en silencio para no decir algo fuera de lugar. Rosa – Yo… yo, la verdad es que hasta ahora me entero que Abel deseaba estudiar botánica también, él es miembro del club de jardinería… por algo se habrá unido, ¿no? Volteo a ver a Rosa para ver qué está claramente nerviosa, solo giró a ver a otro sitio para no ponerla más incómoda y me fijo… maldita sea Stella a qué viene esa maldita sonrisa… Sra. Roberts – Supongo que tiene razón, no voy a discutir sobre eso. Porque no pasamos al siguiente estudiante… señor Anon, ¿nos podría revelar que tiene planeado? Anon – Si… si bueno, la verdad ahora mismo no lo tengo muy claro este momento, la verdad no tengo algo planeado de momento… Sra. Roberts - Como le decía al señor Reed, no puede quedarse esperando a que todo suceda espontáneamente, es bueno compartir sus intereses y aficiones con los demás para así llegar a una conclusión de lo que realmente es lo que usted quiere. Anon – Seguro, voy a intentarlo… Sra. Roberts – Me parece bien, ahora continuemos… La señora Roberts continúa con su temática con el resto de los estudiantes. La profesora termina de escuchar a el resto de la clase, algunos estudiantes se acercaron a la señora Roberts para preguntarle algunos consejos relacionados con la temática que hizo. Después de una hora la clase acaba, las campanas de la escuela nos avisan que ya es hora de ir a almorzar. *Campanadas genéricas de escuela* Sra. Roberts – De acuerdo, eso será todo por el día de hoy, si alguien requiere ayuda vocacional puede buscarme. Varios estudiantes asientan a la señora Roberts, sin nada más que agregar ella se despide y sale del salón, sin antes sacar le celular de Fang del cajón y dejarlo encima de su escritorio. Rosa y Stella se acercan en donde me encuentro sentado. Rosa – Eso fue… Interesante, no crees. Abel – Si, supongo que la señora Roberts quería ponernos los pies sobre la tierra. Stella – Eso creo. Rosa - Bueno, no perdamos más tiempo, vamos a la cafetería de una vez, me muero de hambre. Abel – Si claro, vamos. Volteo a ver a Leo y me percato que se ha reunido con los otros miembros de VVRUM DRAMA, supongo que deben de estar tratando algunos temas relacionados con la banda, me acerco hacia donde está el grupo y llamó la atención de Leo. Abel – Oye viejo, que tal, vamos a ir a la cafetería por el almuerzo, ¿nos acompañas? Leo – Oye Bel, si claro, solo déjame hablar unos temas que tengo pendientes con la banda, más tarde me reúno con ustedes. Abel – Está bien. Me doy la vuelta y vuelvo con las chicas, salimos del salón y nos dirigimos hacia la cafetería. Hacemos nuestra rutina de siempre, hacer cola en la fila, comprar nuestro almuerzo e irnos a una mesa. Abel – Saben desde que Leo se unió a la banda ahora pasa menos tiempo con nosotros. Rosa – Es lógico, tiene que practicar mucho, eso suele quitar mucho tiempo. Abel – Supongo que tienes razón. Me fijo que a lo lejos viene Leo con una bandeja en sus manos… bueno, está vez no tardó tanto como en anteriores veces. Leo – Oye que tal, como están. Abel – Todo bien, aquí hablando un poco de todo. Leo – Ya veo. Leo toma asiento junto a Stella. Stella – Tal parece que la banda está en conflictos internos, no. Leo – Espera un momento, como diablos sabes eso. Stella – Por esto. Stella saca del bolsillo de su pantalón una carta y la deja boca arriba en la mesa. Leo la toma en la mano y la lee. Leo – Fey le mague oscure… Abel y Rosa – ¿Qué? Stella – ¡Ay no, espera, esa no era, esa es una carta de Yu-gi-oh! Stella le quita la carta a Leo rápidamente y la guarda en el bolsillo, ella busca de nuevo y saca otra carta y la coloca en la mesa. Stella – Está si es, se trata de una arcana mayor, la templanza. Leo – ¿Y cuál es su significado? Stella – Significa crianza y salud. Indica autocontrol, moderación y equilibrio en todo. Abel – Pero eso son solo atributos positivos. Stella – Claro, pero saque está carta en posición invertida… todo lo contrario, significa falta de armonía y conflicto de interés. Leo – Eso debe ser solo una casualidad… Rosa – Eso y que se escuchan los gritos de Fang, Trish y tú en toda la escuela. Leo – No… no me había percatado de eso. Abel – Carajo, ¿Cómo qué no? Pareciera que en cualquier momento fuera a estallar una guerra. Leo hace su característica expresión de estar pensando, llevando sus dedos al puente de su nariz. Leo – Ya que hablamos del tema… voy a necesitar de la ayuda de ustedes tres. Stella, Rosa y yo nos miramos con una expresión de incredulidad. Abel – ¿Y cómo podríamos ayudarte? Leo – Después de clases me voy a reunir con la banda en el auditorio, necesitaría de la opinión de ustedes tres sobre algunas cosas que estoy tratando con la banda. Rosa – Claro Leo, cuánta con nosotros. Stella – ¡Qué bien, por fin podremos verlos tocar! Abel – Si porque no, espero que al final no se hayan decidido a utilizar tres bajos. Leo suelta una carcajada. Leo – Claro que no… pero para serte sincero, Patty se lo pensó por un segundo. Abel – ¿Espera, quien es Patty? Leo – Ah, pues Patricia, la enana voluminosa que toca el bajo en la banda. Rosa – ¿Te refieres a Trish? Leo – No hay otra igual. Rosa – No tenía idea de que se llamaba Patricia. Leo – Si, la verdad odia que la llamen así. Stella – ¿Y porque la llamas así entonces? Leo simplemente se encoge de hombros y no dice nada más a esa pregunta. Leo – De todos modos, me alegra contar con su apoyo en esto, lo necesitaba. Abel – Claro, cuando quieras. Leo nos regala una sonrisa algo nerviosa. Leo – Gracias… espero que nada salga mal. Nos la pasamos hablando sobre las clases que hemos tenido. Paso un buen rato hasta que el infaltable sonido de las campanas de la escuela nos avisó que la hora del almuerzo había terminado. *Campanadas genéricas de escuela* Abel – Bueno supongo que eso fue todo de momento, la siguiente clase es… Trato de recordar cuál es la siguiente clase que debo tomar. Leo – Es música, viejo en donde tienes la cabeza metida. Abel – Mira quien habla, solamente no recordaba la clase que tenía. Stella – Ah, sí cierto, vamos de una vez o llegaremos tarde. Abel – De igual manera no creo que al profesor le importe si llegamos tarde. Rosa – Quisiera poder ir, pero tengo clase de baile. Abel – No te preocupes nos vemos más tarde, iré por ti después de clases. Me acerco hasta Rosa y le doy un beso en la mejilla como señal de despedida. Stella – ¡Ooohhhh mi dios! ¡ustedes son tan adorables! Leo – Oye Bel, no me quieres darme uno a mí también, se ve que besas bien. No podemos aguantar más la vergüenza, aún no estamos acostumbrados a este tipo de atenciones… par de idiotas. Abel – Me… mejor vamos de una maldita vez. Rosa nos vemos más tarde. Rosa – Si… si, cuídense. Dejamos a Rosa atrás, nos vamos caminando a paso acelerado por los pasillos de la escuela, llegamos bastante rápido al salón de clases. Tomamos nuestros respectivos asientos para empezar la clase del señor Jingo. No hubo nada relevante en la clase del profesor, excepto ver a Reed con una botarga de la mascota de la escuela. El profesor nos dejó un cuestionario para realizarlo en clase, todo lo que hemos visto al largo de estas semanas aparecerá en el… teniendo en cuenta que el señor Jingo no nos ha enseñado nada, solo se la pasa tumbado en su sillón, durmiendo y escuchando música. Para mí suerte hay varias preguntas que puedo contestar sin dificultad, gracias a las lecciones que me ha dado Leo. Termino el cuestionario, espero haber contestado la mayoría de las preguntas correctamente. Voy hacia el escritorio del señor Jingo y dejó mi cuestionario solucionado en su escritorio. El resto de la clase no fue la gran cosa, le pedí a Leo una lección de guitarra, Stella se unió a nosotros dos para aprender más sobre cómo leer y escribir partituras. Pasamos el resto de clase sin nada particularmente especial hasta que al finalmente termina la clase. *Campanadas genéricas de escuela* Leo – Bueno, ya que terminaron las clases nos podemos reunir en el auditorio. Abel – Claro, déjame ir por Rosa. Leo – Está bien, los esperamos en el auditorio. Stella – Fang y yo también iremos de una vez, no te vayas a perder. Hago caso omiso a lo último que dijo Stella y salgo del salón. Busco el salón en dónde está Rosa tomando su clase de baile, no fue muy difícil de encontrarla ya que estaba cerca del salón de música. Encuentro a Rosa cerca de unos casilleros que estaban cerca del salón, sin perder tiempo voy hacia donde se encuentra ella. Abel – Hola Rosa, ¿Cómo te fue? Rosa se da vuelta, al darse cuenta de mi presencia a ella se le deslumbra una sonrisa en su rostro, une ambas manos con las mías, se inclina un poco para darme un pequeño beso en los labios. Rosa – Hola mi Abel, ¿viniste a buscarme? Abel – Claro, le prometimos a Leo que iríamos a ver su práctica con la banda. Rosa – Ah, sí, casi lo olvido. Vamos de una vez, no los hagamos esperar. Antes de ponernos en marcha me ofrezco a llevar la mochila de Rosa hasta el auditorio, ella sin dudarlo ella me la pasa. No tardamos demasiado en llegar al auditorio, no estaba tan alejado de donde estábamos. Llegamos a la entrada del auditorio, abro las dos puertas de par en par y entramos. Podemos fijarnos que los cuatro miembros de VVRUM DRAMA ya se encontraban en el escenario, también se encontraba Stella sentada en uno de los asientos de la primera fila. Todos se dan cuenta de nuestra presencia, Stella alza su brazo y lo agita enérgicamente en señal de que nos acerquemos a ella. Stella – Por aquí tortolitos, les guarde unos asientos. Cómo si eso fuera necesario. Al acércanos a la tarima del auditorio me percató que el cuarteto ya estaba afinando sus instrumentos, preparándose para tocar. Trish – Oh, tal parece que llegaron los fans que prometiste. Leo – Y que lo digas, nos serán de ayuda, seria bueno escuchar sus opiniones. Fang – Aunque sabemos de sobra que hemos mejorado aun nos falta más práctica, si queremos tocar para un público real no debemos sonar como la mierda. Fijo mi atención en Fang, llamó su atención con una pregunta. Abel – ¿Tienen pensado tocar para la escuela o para algún sitio más grande? Fang – Teníamos planeado buscar un sitio más concurrido, no pienso desperdiciar mi tiempo con los chupa pitos de la escuela. Leo – Oye Bel, mira esto. Leo agarra un tubo de cartón que se encontraba en la parte trasera del escenario, lo lanza hacia mi dirección, lo tomó con curiosidad, preguntándole de que se trata. Abel – ¿Y esto que es? Leo – Es un póster, lo diseño nuestra querida Patty. No puedo evitar mirar a Trish la cual ya estaba apretando los puños en ira. Abel – No… no sé si sea buena idea que mire esto. Leo – No te preocupes viejo, de igual manera vamos a pegarlos por todas partes cuando ya hayamos conseguido un lugar para tocar. Sin protestar abro le quitó la tapa al tubo de cartón, saco el póster del interior, lo extiendo de par en par para que Rosa y Stella también puedan verlo… ¿pero que estoy viendo? Abel – Esto es… Se trata de tres tiranosaurios de la época antigua, todos con afros de colores, y además sostienen una guitarra cada uno. También ofrecen mercancía de la banda, como CD’S y camisetas con el logo de VVRUM DRAMA… Abel – Esto es… Trish – ¡No está genial, es nuestro primer póster! Abel – Si… eso veo… Rosa – Sin duda va llamar la atención. Stella – Está muy bonito, sin duda les ayudará a atraer más gente. Leo – Claramente el diseño gráfico es su pasión. En vez de que Trish se tomará nuestros comentarios de forma sarcástica se los toma bastante bien, se le puede ver una sonrisa triunfadora marcada en su rostro. Trish – ¡Sabía que me había quedado genial! Dejando la pieza de arte moderno a un lado, recuerdo que Leo nos había reunido aquí porque necesitaba nuestra opinión acerca de VVRUM DRAMA. Abel – Oye Leo, recuerdo que nos habías convocado aquí para saber nuestra opinión acerca de su banda. Leo – Ah, claro que sí… Trish – ¡¿Los llamaste para eso?! Leo – Si, hemos estado en desacuerdo está última semana, no tenemos un punto medio, así que pensé que sería buena idea recibir la opinión de la gente que no sea ajena a la banda. Fang – Supongo… que Leo tiene razón, desde que cambiamos nuestro estiló solo han surgido discusiones que no van a ningún lado. ¿Tú qué opinas Reed? Reed se encontraba todo este tiempo desorientado, sumido en sus pensamientos. Reed – Ah… si… Fang – De acuerdo… el punto es que necesitamos saber si en realidad si somos buenos o no. Leo – Exacto. Trish – Supongo… Fang – De acuerdo, toquemos el nuevo tema, “Te llevaré a un campo de concentración a reflexionar de cómo hiciste para condenar a toda tu descendencia” No voy a discutir sobre ese título… Fang – Tres… dos… uno… El cuarteto empieza a tocar sus instrumentos… ya no se encontraba ese horrible sonido que lo caracterizaba. Gracias a las dos guitarras que les agregaron se escucha un ritmo bastante agradable, no se mucho de música, pero podría decir que se trata de rock pesado. Al poco tiempo estamos moviendo la cabeza tratando de seguir el ritmo de la canción, acompañados de la voz de Fang queda bastante genial. Notó que algunas veces Fang y Leo fallan varias notas, Reed se golpeó varias veces en los muslos con las baquetas y Trish pareciera que estuviera tocando una canción totalmente diferente. Al acabar la canción se ve a los miembros de la banda agitados y sudando. La banda fija su mirada a nosotros tres esperando que teníamos que decir. Fang – Y… y bien ¿Qué tal? Abel – Fue una canción genial, realmente disfrute este nuevo estilo que implementaron… Me fijo en Trish… claramente mi comentario la molesto un poco. Abel – Pero, note una que otra falla. Trish – ¡De que hablas imbécil, sonamos genial, a pesar de quitar los dos bajos! Fang – Por favor Trish… quiero oír su opinión. Si dice algo fuera de lugar… le patearemos el culo. Trish asienta con una sonrisa malévola en el rostro… maldita sea, ya no sé si fue buena idea venir aquí. Abel – Bu… bueno, me fije que Fang y Leo fallaron una que otra nota. Fang – Eso yo no… Leo – Es verdad, no lo voy a negar. Fang – ¿Eso crees? Leo – Si, admito que falle una que otra nota, no recordaba al cien por ciento mis acordes. Trish – ¡Ya te lo había dicho puto atún! Abel – ¿Qué cosa? Trish – Le dije que sería mejor para todos si el tocaba el bajo y yo la guitarra. Leo – Y yo te dije que el bajo es perfecto para ti. Abel - ¿Por qué? Leo – No es obvio, “el bajo para la más baja” No podemos evitar soltar unas pequeñas risas… eso no fue una buena idea. Trish - ¡Muy gracioso sardina de mierda! ¡Además, no sería buena idea darte el bajo ya que no lo sabrías tocar! Veo que Rosa se levanta de su asiento, provocando que fijemos nuestra atención en ella. Rosa – No creo que eso sea correcto, bueno, no al cien por ciento. Trish – ¿Qué quieres decir? Rosa – Sentí que los demás tocaban una canción, pero parecía que estuvieras tocando algo totalmente diferente. Trish – De… de que hablas Rosa, yo me aprendí los acordes de esta canción… Siento que sus palabras no son del todo sinceras. Fang – Trish… ¿te aprendiste la parte que te correspondía? Se nota que a Trish le cuesta contestarle a Fang. Trish – No… la verdad es que no. Fang – ¿Por qué? Trish – Vamos Fang no es obvio, tú sabes que este nuevo estilo no nos representa. Fang – ¡Pero que mierda Trish, no habíamos hablado de esto ya, se supone que todos estábamos de acuerdo en esto! Trish – Lo sé, pero… Fang – Trish escúchame, se que el cambio ha sido complicado, pero tienes que entender que es por el bien de la banda. Trish – Es solo… que no me siento cómoda con este cambio. Leo – ¿Acaso lo dices por mí? Trish – No estúpida sardina, aunque eres como un grano en el culo, esa no es la razón. Fang – ¿Entonces cuál? Trish – Siento… siento que todo lo que trabajamos juntos se fue a la basura… y siento que no valió de nada tanta dedicación que le pusimos a nuestra banda. Fang – Mira Trish… nosotros seguimos juntos en esto, no nos hemos ido porque sabemos que tenemos algo bueno en nuestras manos… solamente hay que saber tomar el rumbo correcto. Estas con nosotros en esto, la verdad no podemos seguir sin ti. Odio admitirlo, pero la señora Roberts tenía razón en lo que nos dijo en clase. Solo piénsalo y sigamos adelante, que dice. Fang extiende su puño para que Trish lo choque. Trish – Creo… que si, además sin mi esta banda se iría al diablo. Trish contesta al saludo de Fang y choca su puño. Fang – Sigue soñando. Bueno, algo más que quieran agregar. Stella levanta la mano y llama nuestra atención. Stella – Si, yo me fije en algo. Había veces en las que Reed se golpeaba por accidente los muslos con las baquetas, pareciera que no tiene buena puntería. Nos llama la atención Reed el cual no se había movido de su asiento, se encontraba encorvado y sin mover un musculo. Fang – Oye Reed, ¿Qué te paso? Reed – … Leo – Tal parece que se golpeo mas que solo los muslos… Auch, no quisiera ser el en estos momentos. Fang – Dejémoslo recuperarse… Abel – Fang. Fang deja de mirar a Reed y se fija en mí. Abel – También… también me fije que en algunos momentos perdías el ritmo. Fang – Explícate. Abel – No lo sé, pero… se veía que se te dificultaba algunas partes de la canción, por ejemplo, balbuceaste algunas veces. Fang – ¿Enserio?, no me había fijado… Rosa – Si, Abel tiene razón, parecería que se te olvidaba la letra de la canción. Fang se cruza de brazos y se pone a mirar el techo del auditorio. Fang – Supongo… Leo – Solo debemos seguir practicando, eso es todo… además debemos escribir una nueva canción para completar nuestro álbum. Trish – ¡Oh mierda, es verdad! Fang – Debemos de pensar en algo… Los miembros de la banda se quedan de pie en silencio tomando una expresión pensativa. Fang – Y si… ¿hacemos un cover? Leo – ¿Un cover? Fang – Si, podríamos hacer un cover de alguna canción que conozcamos, solamente le agregamos nuestro estilo. Trish – No lo sé, la verdad no se me ocurre ninguna canción. Fang – Se me ocurre varias, pero no se cual escoger. Leo se fija en Stella, Rosa y yo. Leo – ¿A ustedes se les ocurre alguna canción? Nos quedamos pensando algunas canciones. Luego de unos cuantos minutos les damos algunas sugerencias. Rosa – Que les parece “La nave del olvido” Fang – No lo sé Rosa… tendríamos que pensarlo. Stella – ¡Se me ocurrió una muy buena, “Bad Apple”! Leo – La conozco, es una muy buena. Abel – “Back in the Day”, es una canción que encajaría con ustedes, creo. La banda se pone a pensar sobre las sugerencias que les dimos. Fang – Creo que la sugerencia de Abel es la más adecuada. Leo – Creo que si, además no sabia que te gustaba Megalodon. Abel – Si… los escucho ocasionalmente. Fang – De acuerdo, vamos a aprendernos esa canción. De momento sigamos ensayando las canciones que ya nos sabemos. Trish – Esta bien. Leo – De acuerdo. Reed – … Supongo que Reed no se ha recuperado por completo. La banda sigue ensayando. Pasaron varios minutos hasta que Rosa llama mi atención, sacándome de mi pequeño estupor por estar concentrado en la banda. Rosa – Abel, te quería comentar algo, podemos salir un momento. Abel – Si claro. Ambos salimos del auditorio, nos dirigimos cerca de unos casilleros que quedan fuera del auditorio. Abel – Dime Rosa, de que querías hablar. Rosa – Mira Abel… tarde o temprano le tenia hablar a mis padres de ti… de lo nuestro… Abel – Oh… Rosa – Mi padre se lo tomo bastante bien, el tiene ganas de conocerte, pero mi madre… Abel – No tiene tantas ganas, verdad… Rosa – No es eso, lo que pasa es que… bueno, no le agrada mucho la idea de que salga con un… humano. Abel – Diablos… Rosa – ¡No blasfemes! Abel – Lo siento, lo siento… Rosa – Mira, le dije que eras un buen chico y que te preocupabas por mí, la convencí para que no pensara mal de ti, entonces… Abel – ¿Entonces? Rosa – Ella… quiere verte en persona, quiere que vayas a nuestra casa a cenar. Abel – Ah, ya veo… Se notaba que Rosa le costaba explicarme la situación, obviamente le incomodaba la forma en la que piensa su madre de mí. Rosa – Yo no quiero que te sientas obligado a ir, pero… la verdad, yo no quiero que lo nuestro termine… me gustas, pero no sé qué más hacer… Abel – Solo dime la hora y el día. Rosa cambia su expresión de incomodidad por una de alegría. Rosa – ¿Enserio lo harás? Abel – Seguro, nunca le digo no a quien me quiere invitar la cena, además no te puedo decir que no. Rosa se abalanza sobre mi dándome un fuerte abrazo, no puedo evitar sentirme feliz de tenerla a mi lado. Rosa – ¡Sabia que podía contar contigo! Abel – Ni lo dudes. Rosa – Te parece bien el viernes, después de clases, yo te llevo. Abel – Me parece bien. Rosa me libera de su fuerte abrazo, ella hace un pequeño sonido de sorpresa, tal parece que recordó algo. Rosa – Oh, eso me recuerda, tengo un regalo para ti. Abel – ¿Para mí? Rosa toma la mochila que llevaba en su espalda, abre la cremallera, de ella saca una pequeña caja de madera y me la entrega. Rosa – Espero que te guste. Recibo la pequeña y caja, la abro… Abel – Oh, un crucifijo. Rosa – Si, es nuestro señor Jesús Raptor en su cruz de piedra. No soy muy adepto a la religión, claro, siempre doy las gracias a Jesús Raptor antes de comer, pero eso lo hago mas por mi Má… no creo que haya nada de malo que lo use. Sin protestar trato de colocarme la cadena con el crucifijo alrededor de mi cuello, pero no logro abrochar la cadena. Rosa – Espera déjame ayudarte, date la vuelta. Rosa me ayuda a ponerme la cadena. Me doy media vuelta y le muestro a Rosa que tal se ve. Abel – Que tal, creo que me queda bien. Rosa – Te queda perfecto, espero que la bendición de nuestro señor te acompañe. Abel – Te lo agradezco. Rosa – No hay de que, mi Abel. Abel – Oye, deberíamos volver con la Stella y la banda, podríamos quedarnos un poco más, ¿Qué te parece? Rosa – Puedo quedarme un poco más, vamos. Rosa entrelaza su mano con la mía, esto provoca que sonría como un tonto, veo a Rosa y noto que no soy el único. Nos dirigimos al auditorio para seguir escuchando a la banda un poco más. Pasamos el resto de la tarde escuchando a la banda practicar, no recuerdo cuanto tiempo pasamos en el auditorio, pero fue bastante agradable pasar la tarde con mis amigos… amigos, supongo que sí, no estoy muy seguro si puedo llamar a Fang, Trish o Reed amigos, pero definitivamente Stella y Leo si lo son, además Rosa era algo más para mí, y por eso hare todo lo que este a mi alcance para que sea feliz. Ahora lo primero que debo hacer es conocer a su madre, debo dar una buena impresión… la verdad estoy un poco asustado por lo que pueda pasar… pero debo de dar mi mejor esfuerzo para que todo salga bien… si debo de hacerlo.