13 de enero del año 201M2020 A.C. – Volcadera Bluffs. Es lunes por la mañana, me encuentro en la clase de matemáticas, lo único que me distrae es ver como la lluvia golpea la ventana, es la primera clase que tengo de esta asignatura, me comentaron que el profesor no vino a trabajar, en cambio llego un profesor sustituto a cubrirlo. No soy muy bueno en matemáticas, supongo que ya no es extraño eso viniendo de mí, además el profesor asigno un trabajo grupal, lo cual me obliga a juntarme con alguien para hacer equipo, miro a mi alrededor para ver quien está disponible. En el salón se encuentran Reed y Trish, obviamente ellos dos se juntaron para esta clase, también se encuentra ese chico Anon, pero no sé si sea buena idea hacer equipo con él, esta ahí encorvado mirando su celular fingiendo que está haciendo la tarea… la verdad veo muy poco interés de su parte. Sigo buscando y me fijo en una chica que se encuentra en la parte más alejada del pizarrón, ella está concentrada en su libro de matemáticas, lo tiene al frente de su rostro y no puedo fijarme bien en ella… supongo que no tengo más opción… es mejor hacer equipo con alguien o tendré que hacer la tarea yo solo… me acerco a ella y la saludo. Abel – Ho… hola, disculpa. Ella se asusta y baja su libro a toda prisa, me fijo en la chica y es un troodon de piel muy pálida, ojos grandes color ámbar y cabello rubio… diablos, porque tiene esa expresión de estar tan nerviosa… ¿estará enferma o algo? Al llamar su atención ella trata de formar palabras, ella esta tan nerviosa que solo logra tartamudear. Chica pálida – ¡Ah! ¿Qué pa-pa-pasa? Abel – Perdón, no quería asustarte. Chica pálida – Esta bien… ¿te-te-te puedo ayudar? Abel – Si, el profesor nos dijo que nos reuniéramos en grupos para hacer la tarea, la verdad no tengo con quien hacerla y me preguntaba si puedo formar un grupo contigo. La chica se pone más nerviosa, se agarra ambas manos y se las coloca cerca del pecho mientras fija su mirada al suelo. Chica pálida – Yo… yo no lo sé… es que, no se qui-quién eres… Abel – Ah, perdóname, no me presente antes, me llamo Abel, mucho gusto. Extiendo mi mano esperando que ella responda a mi saludo, ella agarra torpemente los dedos de mi mano con muy poca fuerza… bueno no diría que es un apretón de manos, pero es mejor que nada. Chica pálida – Ju-Ju Judee, me llamo Judee. Abel – Mucho gusto Judee, ¿y qué dices, hacemos equipo? Judee – Su… supongo que si… Abel – Gracias, déjame acercar un pupitre para poder empezar. Agarro un pupitre que estaba cerca de nosotros y lo acerco hasta donde esta Judee, tomo asiento cerca de ella y noto que se vuelve a poner nerviosa… ¿Qué le pasa a esta chica, se sentirá bien? Judee – Ah… pe-pe-pe-perdón… Abel – Descuida… ¿te encuentras bien, la verdad te veo un poco pálida? Judee – Mi… piel siempre tiene ese color… estoy bien, no-no-no te preocupes. Abel – Esta bien… Tomo la hoja de papel y veo las preguntas de matemáticas que hay… me doy cuenta que la hoja está llena por ambas caras… carajo esto va llevar tiempo. Veo que Judee me extiende su mano… me imagino que espera que le de la hoja de papel, se la entrego y ella empieza a ver las preguntas. Abel – ¿Tienes idea de cómo solucionarlo?, la verdad las fracciones y derivadas no son mi fuerte. Judee – Si… la verdad tengo más o menos lo tengo claro... Judee me pide que saque mi celular y abra la aplicación de la calculadora, entonces ella toma un lápiz y empieza a escribir, veo con sorpresa que no tiene dificultad en resolver los problemas, no me quedo atrás y ayudo a resolver algunos también, al cabo de una media hora ya teníamos resulta toda la hoja, me pongo de pie y voy hacia donde está el profesor, le entrego la hoja, el me la recibe y asiente con la cabeza, regreso a mi asiento junto a Judee, me fijo que Anon se unió al grupo de Reed y Trish… supongo que no tuvo de otra. Abel – Sabes… contestamos muy rápido esas preguntas. Judee – Si… si, supongo. Abel – Eres muy buena para las matemáticas. Judee – Gra… gracias trato de no perderme ni-ni-ninguna clase. Abel – Hablando de eso, ¿Qué vas a hacer después de esta clase? Judee – ¿Por qué, quieres sa-sa-saberlo? Abel – No lo sé… la verdad me caíste bien y sería bueno establecer una conversación. Judee – Bueno… me voy a reunir con una amiga en la hora del almuerzo… luego vamos a terminar un proyecto… que tenemos pendiente en el club de teatro. Abel – ¿Club de teatro?, no tenía conocimiento de ese club. Judee – No es de extrañar… somos pocos miembros… Abel – ¿Y te gusta la actuación? Judee – Si… pe-pe-pe-pero me da un poco de miedo… ya sabes, estar de pie en un escenario y que todos te miren… Abel – ¿Pánico escénico? Judee – Si… sí. Abel – ¿Pero entonces como haces para actuar frente al público? Judee – No actuó yo directamente, hago obras cortas con marionetas… así no tengo que ver al público… Abel – ¿Con que marionetas?, eso suena… Veo que a Judee se le humedecen los ojos de solo pensar en que le voy a decir. Judee – Ya… ya lo sé, es muy tonto… Abel – …divertido. Judee se sorprende al escucharme… su expresión cambia de repente, veo que se le dibuja una pequeña sonrisa en el rostro. Judee – Ah… que lindo que te parezca divertido… te-te-te quiero enseñar algo… Ella toma su mochila que estaba en el suelo y de ella saca lo que parece ser una marioneta, ella me extiende la marioneta y yo la recibo… me puedo fijar que una especie de dino violeta, con el cabello blanco y un cuerno en el puente de la nariz… un momento, esta marioneta me resulta familiar, acaso es… Abel – Oye Judee, esta marioneta me recuerda a alguien… Judee – No me extraña… es la señora Roberts… yo misma la hice. Abel – Wow, la verdad te quedó muy bien hecha, ya me la puedo imaginar regañando a toda la clase. Tomó la marioneta y me la coloco en mi mano derecha, empiezo a imitar a la señora Roberts, hago ademanes y muevo la marioneta de un lado para el otro, notó una pequeña carcajada de parte de Judee. Judee – Te… te sale muy bien hacer de la señora Roberts. Abel – Trato de “meterme” en el personaje. Señalo mi mano con la marioneta y veo que Judee entendió mi juego de palabras, ella no puede aguantar y se ríe un poco más fuerte. Judee – O…oye, eres bueno, deberías unirte a nuestro club… Abel – Lo siento, pero ya estoy en el club de jardinería. Judee - Ohhh… bueno, eso no impide que te pases en algún momento, ¿no? Abel – Si, claro, me encantaría ver alguna de tus presentaciones con marionetas, deben ser bastante divertidas. Judee – Si… ni lo du-dudes. Abel – Te quería preguntar… porque hiciste una marioneta de la señora Roberts. Judee – Oh… eso, lo que pasa es que… aprecio a la señora Roberts… por esa razón hice una marioneta de ella. Abel – Oh, no sabía que sentías aprecio hacia la profesora. Judee – Si, ella fue la que me ayudó a enfrentar mi timidez y a relacionarme mejor con los demás… No me la puedo imaginar mucho mas tímida que ahora. Judee – Ella me sugirió unirme al club de teatro… allí fue donde conocí a mi amiga Schizo… Abel – Es la amiga de la que hablaste antes, verdad. Judee - Si, es ella… Hable un poco más con Judee de mis vivencias en estos días en la escuela y ella me compartía tips de cómo hacer mi propia marioneta… sería divertido hacer una, aunque debería aprender a cocer en primer lugar. Paso el tiempo hasta que suena las campanas de la escuela, avisándonos que ya es la hora del almuerzo. *Campanadas genéricas de escuela* El profesor da por terminada la clase y procede a retirarse, los demás estudiantes como siempre salen a toda prisa del salón, Judee toma su mochila y se pone de pie. Judee - Bu… bueno Abel, ya es hora de irme… Abel - Claro, hasta la próxima. Judee se pone en marcha, pero se detiene por un momento, se da la vuelta y me dirige la palabra. Judee - Sabes… fue bonito pasar los últimos minutos de clase co-co-contigo… no sé si quisieras… que seamos… ya sabes… amigos. Abel – Claro, porque no, me caíste bien, además te prometí que me pasaría por tu club. Judee queda sorprendida, ella no dice nada, sonríe y se despide débilmente con su mano, me despido de ella con el mismo gesto… yo debería hacer lo mismo e irme a almorzar. Me dirijo a la cafetería, tengo suerte de saber dónde queda, no debería perderme está vez… llego a la cafetería después de tomar un pasillo equivocado… no tardé mucho, me dirijo a la barra de comida, compro mi almuerzo y miro si hay alguna mesa disponible, me fijo al fondo de la cafetería y veo a Rosa y Stella, me dirijo hacia donde están ellas. Abel – Hola chicas, buenos días. Stella – ¡Hola Abel, buen día! Rosa – Que tal mi niño, como te encuentras. Abel – Bien de momento y tú que tal. Rosa – Bien… sobrellevando todo. Veo que Rosa tiene mejor animo que en otras ocasiones, pero puedo notar preocupación en sus palabras, es lógico, quien no estaría preocupado por su madre en momentos como estos… aparte de eso, me pregunto donde esta Leo. Abel – Oigan… ¿Dónde está Leo? Stella – El esta ahí sentado. Stella me señala con su dedo índice en donde se encuentra Leo… maldición solo puedo verlo y parece otra persona, ya no tiene esa característica personalidad relajada y jovial… ahora tiene un rostro que solo refleja angustia, ¿qué fue lo que le sucedió para que se encuentre así? Abel – Oigan… ¿pero que le paso a Leo, porque se ve tan mal? Rosa – El a veces se pone así, para serte honesta no tenemos ni la menor idea del porqué. Stella – Si, tratamos de invitarlo a comer con nosotras, pero el solo negó con la cabeza. Rosa – En estos casos es mejor dejarlo solo, sería bueno dejarle tiempo para pensar. Leo se pone de pie, se fija brevemente en la lluvia que golpea la ventana, coloca su mano izquierda en su hombro derecho y hace una mueca de dolor, luego sale de la cafetería… que es lo que le pasa, la verdad me preocupa un poco… Abel – ¿A dónde va ahora? Stella – Posiblemente va a darse una “ducha”. Abel – ¿A qué te refieres? Stella – Es algo que frecuenta hacer cuando llueve, él va afuera y simplemente se queda ahí parado… por un buen rato, solo dejándose empapar por la lluvia… una vez le pregunte porque lo hacía, el solo me contesto que eso lo aliviaba. Abel – Wow… es extraño sabes. Rosa – Si, un poco, pero si te pones a pensarlo tiene sentido, Leo es un liopleurodon, los de su especie les gusta mucho estar en los ambientes húmedos. Abel – Eso tiene sentido, pero eso no explica porque se veía tan deprimido. Rosa – Bueno… la verdad, eso si no te lo puedo contestar. Antes de que siguiéramos hablando escucho como una silla se cae al suelo junto con alguien, me percato de quien se trata… es Naser, que diablos le paso… veo a Naomi algo alterada, ella se da cuenta de que la estoy mirando y hace un gesto agitado con la para que vaya hacia donde esta ella, me fijo que esta también con Anon. Solamente le hago caso y voy hacia donde me llama. Abel – ¿Qué ocurre, que le pasa a Naser? Escucho como Naser ronca mientras esta postrado en el suelo. Naomi – Ho… hola Abel, Naser solamente se desmayó, se quedó dormido. Abel – Ah… Naomi – Abel, pueden Anon y tu ayudarlo. Anon – ¿Cómo, hablando con Fang? Naomi – Llevándolo a la enfermería… Naomi nos ve a ambos con una cara se suplica, por poco se le humedecen los ojos. Abel – Supongo que no es un tipo muy ligero. Naomi – El solo pesa setenta y dos kilos. Anon – ¿Cómo sabes el peso exacto de Naser? Naomi – Eso no importa ahora, ayúdenlo por favor. Anon toma el brazo izquierdo den Naser y se lo paso por la espalda, yo hago lo mismo con el brazo derecho… ¡Ah carajo, está muy pesado!, como alguien que se ve tan delgado puede pesar tanto. Naomi – La enfermería está cerca de la recepción, déjenme les indico por donde es. Llegamos a la enfermería, dejamos al inconsciente Naser en una de las camillas, dejamos a Naomi con la enfermera, ella nos agradece y se despide de nosotros. Abel – Viejo, para ser tan delgado Naser es muy pesado… Anon – Si… deben ser que esas alas le dan un peso extra… bueno solo una. Abel – Si… oye, ya que te veo, eres también nuevo en esta escuela, ¿verdad? Anon – Si, llegue hace poco y me parece que tu también. Abel – Correcto, además por lo que veo es muy raro encontrase con otro humano en este sitio. Anon – ¡Ja!, y que lo digas. Abel – De todas formas, no me he presentado, me llamo Abel. Anon – Yo soy Anon. Extiendo mi mano y saludo a Anon con un apretón de manos. Abel – Ya te había visto un par de veces por aquí, veo que te la pasas con Fang, Reed y Trish. Anon – La… la verdad es que no es tanto así, aunque Reed ha sido un bro conmigo… Fang y Trish… son un poco complicadas… Abel – Me lo puedo imaginar, tuve la oportunidad de conocer a Trish y ella no dejaba de buscarte, decía que quería hablar contigo… bueno, parecía que te buscaba para golpearte o algo así. Anon – Mejor no hablemos de eso… Abel – Esta bien… Anon – Aparte Fang es un poco… Abel – ¿Explosiva? Anon – Si, eso mismo, trato de llevármela bien con e… elle ya que somos compañeros de laboratorio. Abel – Te entiendo… Sin percatarnos el tiempo ya había pasado muy rápidamente, las campanas de la escuela nos devolvieron a la realidad. *Campanas genéricas de escuela* Anon – Mierda voy a llegar tarde a mi siguiente clase, si me disculpas… Anon se va corriendo a toda prisa y sin darse cuenta choca con alguien y cae al suelo… se trata de Stella. Anon – ¡Aunch! Stella – Tu… Veo que Anon se pone de pie rápidamente mientras reposa su cabeza en su mano por el golpe. Stella – El juicio… ¿karma?, no. ¿tal vez una segunda oportunidad. Anon – ¿Qué? Veo claramente que Anon se siente incómodo por la forma en la que le habla Stella. Stella – Tienen importantes decisiones que afrontar. Anon – No comprendo. Stella – Mira, tu carta. Stella le arranca a Anon una carta que tenía pegada en su pecho. Stella – Es tu carta, refleja quién eres. Estas en el precipicio de una gran prueba, se avecinan muchos puntos difíciles de divergencia y contención, reflexiona sobre ello. Anon – Ah… si claro, gracias. Lo siento tengo que irme. Anon se aleja de Stella dejándola sola con su carta en la mano. Voy hacia donde esta ella. En todo este momento ella no percibió mi apariencia. Stella – Oh, hola Abel, te estaba buscando. Abel – Si bueno… ¿Qué fue todo eso? Stella – ¿El que? Abel – Esa forma en la que le hablaste a Anon, fue… muy raro. Stella – No fue raro… solamente le leí su fortuna, la carta que le mostré estaba destinada a él. Abel – Y porque actuaste de esa forma tan… rara. Stella se pone a hacer algunos pucheros. Stella – ¡No soy rara!, solamente estaba dándole ambiente a la situación sabes, tratando de que fuera todo más… misterioso. Abel – Claro… oye, ¿dijiste que me estabas buscando? Stella – Ah si, nos preocupamos por Naser y por ti, la verdad saliste corriendo a auxiliarlo y no nos dijiste nada. Así que nos fuimos detrás de ti. Abel – ¿Rosa y tú? Stella – Si, ella no tarda en llegar también. Veo al final del pasillo a Rosa acercándose un poco agitada. Stella – Te doy un consejo, solo dile que sí. Abel – ¿Cómo dices? Stella se aleja de mi… otra vez esa maldita sonrisa que se le dibuja en el rostro, no me puedo imaginar en qué diablos está pensando… Rosa finalmente llega hacia donde estoy yo. Rosa – ¡Abel, que sucedió! ¿Qué le paso a Naser? Abel – No te preocupes por él, solamente se quedó dormido, va a estar bien. Rosa – Me alegro oírlo… pero para serte sincera… en realidad… te buscaba a ti. Abel – ¿A mí? Rosa – Si, necesito a alguien con quién hablar y la primera persona que se me vino a la cabeza fuiste tu… Abel – Me alaga saberlo… y de que necesitas hablar. Rosa – Aquí no, ya sonó el timbre y necesitamos ir a nuestros respectivos salones. ¿Te parece bien al terminar las clases? Abel – Si claro. Rosa – Perfecto, sabía que podía contar contigo. Nos vemos entonces al final de clases. Abel – Cla… claro. Rosa se le ve muy animada esta vez, ella se despide con su mano y yo le devuelvo el mismo gesto… carajo debo ir a clases, si no estoy mal es la clase de música con el señor Jingo. Sin más me dirijo al salón, tengo suerte que aún recuerdo dónde se encuentra. Al llegar al salón encuentro a las personas de siempre, Fang, Stella, Leo y además está también Anon, tal parece que se unió a la clase hace poco. Creo que llegue tarde a la clase, veo que el profesor ya está en el salón… bueno está recostado en su sillón con sus auriculares puestos… supongo que me salve por esta ocasión, no pierdo el tiempo y me dirijo hacia la gran pila de instrumentos destartalados, busco si aún está la guitarra acústica de color verde que encontré la vez anterior… para mí fortuna aún estaba ahí, la tomo y me dirijo hacia donde está Leo… recuerdo que tenía esa expresión de angustia hace rato… tal vez, solo talvez pedirle que me ayude con alguna lección de guitarra le distraiga de lo que sea que esté pasando con él. Abel - O..oye Leo, ¿Cómo estas colega? Le pongo una mano en su hombro y puedo notar que su chaqueta está empapada, no solo eso, me percató que toda su ropa está igual de mojada… acaso hizo lo que Stella me comentó recientemente… salió de la escuela solo para recibir la llovizna sin ninguna consecuencia, ¿acaso no le incomoda estar todo el día así? Leo está rasgueando las cuerdas de su guitarra eléctrica con poco ánimo, la tiene conectada a un pequeño amplificador. Él siente mi mano en su hombro y solamente levanta la mirada y deja de tocar. Leo - Que tal Abel… Abel – Estoy bien… pero, ¿Cómo te encuentras tu? Leo – Me siento bien, solamente estaba improvisando un poco. Abel – ¿Y porque tienes la ropa tan empapada? Leo – Eso… no importa ahora… ¿necesitabas algo? Abel – Bueno… quería saber si me podrías dar otra lección con la guitarra, quede con ganas de aprender más. Leo – Supongo… supongo que está bien. Obviamente le pasa algo, pero no puedo indagar ahora, posiblemente se moleste si le pregunto que le sucede, es mejor que el mismo este dispuesto a hablar de ello, al menos se le ve más animado. Traigo una silla y me coloco al frente a Leo para empezar la lección. Leo – Esta bien… vamos a comenzar con algo sencillo, lo primero seria… Leo es interrumpido por unos gritos que se oyen cerca de nosotros. Fang – ¡Vete a la mierda! Anon – ¡Tu vete a la mierda! Fang – ¡Vete! ¡A la mierda! Anon – ¡VETE A LA MIERDA! Todos los que estábamos en el salón fijamos nuestra mirada en Fang y Anon, el profesor despierta de su sueño y se pone de pie y se acerca hacia los dos. Mr. Jingo – Yyyyyyy ya nos calmaaaaaamos. Los dos guardan silencio, ambos se sientan en sus respectivos asientos y siguen charlando… ¿acaso no estaban peleando?, el profesor vuelve a su sillón a seguir con su lección de “no me importa un carajo trabajar” Abel – Eso fue… interesante. Leo – Bueno, no se me hace raro por parte de Fang. Abel – Si… deberíamos dejar eso de lado y continuar, no. Leo – Creo que si… bueno, lo primero que te iba a decir es… Sin percatarnos Fang y Anon se nos habían acercado interrumpiendo a Leo una vez más. Fang – Hey Leo. Leo – Que hay Fang. Fang – Te quería pedir un favor. Leo – ¿Cuéntame? Fang – Te explico primero, este bobo piensa que nuestra banda sonaría mejor si en vez de dos bajos mejor utilizamos una guitarra, así que… para demostrarle lo contrario necesitaba que me prestaras tu guitarra solo por un momento. Leo coloca sus dedos en el puente de su nariz y se pone a pensar. Leo – Pero… ¿Qué quieres demostrarle realmente a este chico? Fang – No tanto a él… si no a mi banda. Leo – Entonces… Fang – Entonces necesito llevar tu guitarra al auditorio para poder demostrar el punto de Anon al resto de mi banda. Leo – ¿Y solo así dejarías de utilizar dos bajos en tu banda? Fang – Posiblemente… no lo se. Leo actúa rápidamente, desconecta el amplificador y procede a guardar la guitarra en un estuche de tapa dura. Leo – Vamos entonces. Abel – Espera un momento, el profesor no se enfadará si nos vamos a mitad de la clase. Fang – ¿Qué clase, además a ti quien te invito? Abel – Uhh…. Leo – Espero que Bel pueda ir también, es bueno saber la opinión de varias personas, entre más mejor. Fang – Supongo… está bien, vamos. Stella – ¡Adonde van, puedo ir! A Los cuatro nos toma por sorpresa la repentina y estruendosa voz de Stella, todos dimos un salto por el susto que nos provocó. Anon – ¡Carajo, otra vez tú! Stella – Acaso… dije algo malo. Fang – No es eso… solamente nos tomaste por sorpresa. Stella – Oh… perdón. Fang – No importa ahora, si quieres puedes venir también. Stella – ¡Yupiiiiii!, tenía ganas de acompañarlos… ¿A dónde vamos? Abel – Nos querías acompañar y ni siquiera sabias a donde vamos. Stella se da un pequeño golpe en la cabeza haciendo un gesto con la lengua y el ojo. Anon – Eres rara… Stella – No soy rara, solamente… solamente quería pasar el rato con ustedes. Leo – No te preocupes por eso Hella. ¿A dónde está tu banda ahora mismo Fang? Fang – En el auditorio. Leo – Vamos, aprovechemos lo que nos queda de clase para ir al auditorio entonces. Los cinco salimos de la clase de música y tomamos rumbo al auditorio, no tardamos en llegar, Fang lleva su bajo y Leo su guitarra eléctrica. Fang que nos estaba guiando se detiene en la entrada del auditorio. Anon – ¿Pasa algo? Fang – Las puertas idiotas. Anon abre las puertas del auditorio de par en par. Anon – Las damas primero. Stella – Gracias, eres un caballero. Stella a toda prisa cruza por las puertas, luego Fang pasa y le pisa el pie a Anon. Anon – ¡MIERDA! Leo – Que buenos modales tienes hombre, con permiso. Abel – Permiso… Anon se queda en la puerta sobándose el pie por el pisotón... Anon – ¡Todos ustedes son unos imbéciles! Entramos y nos fijamos que están Reed y Trish, tal parece que tienen ya todo montado para empezar a tocar. Vamos y nos dirigimos al dúo. Trish – ¡Hey, Fang, te estábamos esperando! Fang – Tenia que traer algo… Vemos a Trish fijar su vista en Leo, Stella, Anon y yo. Trish – ¿Qué están haciendo todos ellos aquí? Fang sube al escenario junto con su bajo. Fang – Demostrando a un par de imbéciles fanáticos que están equivocados. Anon – Entonces, ¿admites que hay inteligentes? Fang arranca algo que tenia Trish en la mano y se lo lanza a Anon, el objeto impacta en su cabeza haciendo sonar un golpe seco. *Tonk* Trish – ¿Pero que mierda? Anon toma el objeto y se lo queda viendo. Anon – ¿Qué carajos es esto? Anon se dirige hacia nosotros y nos muestra el objeto… es una caja de un CD con una pintoresca portada… “VVRUM DRAMA INDRAGON ONSLAUGHT”. Trish – ¡Fang! ¡lo acabo de hacer en la clase de arte! Anon – Pareciera que Van Gogh en vez de quedarse sordo de una oreja se hubiese quedado ciego de un ojo. Abel – Es… pintoresco… Stella – A mí me parece vanguardista. Leo – Podría mejorarse… parece que el diseño gráfico es tu pasión. Trish – ¡Cierren la puta boca, nadie pidió sus opiniones! Reed – Oigan… ¿ya es hora de almorzar? Trish – No Reed, ni siquiera es la hora del almuerzo. Reed se encoje de hombros, el agarra un termo que tenía en el suelo y empieza a beber de él. Leo – Oye Red, paso un poco, no. Reed lanza el termo hacia donde esta Leo y este lo atrapa con su mano izquierda, abre la tapa y empieza a beber de él. Trish – Como sea… ¡porque los trajiste Fang! Fang – Ellos piensan que la banda podría sonar mejor… Trish – ¡A que te refieres! Reed – Tocando la guitarra ¿verdad?, quieres tocar la guitarra… Fang – Si… digo, ¿Cómo lo sabes? Reed – Leo me hizo una seña y apunto a la guitarra que tiene en sus manos. Fang – Bueno si… pero… Anon – ¡Ja! Fang – Me comentaron que nuestra banda sonaría mejor si uso la guitarra en vez del bajo. Trish – ¿Qué? No me jodas Fang. Fang – Si, verdad… Reed – Wow, que manera de tirar todo lo que hemos hecho a la basura… Fang – Ensayémosles de lo que estamos hechos. Toquemos una sencilla, toquemos “4:20 O’Klock” Cada integrante de la banda toma sus posiciones, Reed en la batería, Fang y Trish en el bajo y empiezan a tocar. Fang – Tres… dos… uno… Oh Jesús Raptor, que hice para merecer tal tortura auditiva, tratamos de no colocarnos las manos en los oídos para no hacer enojar a la banda con nuestra reacción, pero es imposible, los cuatro nos ponemos las manos en nuestros oídos para tratar de disminuir el ruido. Al poco rato terminan la canción… Trish y Reed se le ve agotados pero tranquilos, Fang es la única que tiene una expresión de preocupación. Fang – Ven… ¿Qué les dije?, totalmente impresionante… ¿verdad? Leo – Saben que deberían hacer… Fang – ¿Que? Leo – Agregarle un tercer bajo a su banda. Todos – … Leo – Solo bromeo… toma Fang, prueba con mi guitarra. Leo se acerca hacia donde esta Fang y le entrega su guitarra eléctrica que aun tiene guardada en su estuche. Fang abre el estuche y saca la guitarra, desconecta el bajo del amplificador y lo enchufa en la guitarra. Fang se queda estupefacta por la guitarra de Leo. Fang – Diablos viejo… ¡es una Fender Stratocaster clásica! valen una fortuna… como carajos la conseguiste. Leo – Fue… un regalo… de mi hermana. Fang – Aprecio que me la dejes usar, no te preocupes, te la entregare en una pieza. Leo – Eso espero… Trish – Espera un momento, para que no lo sepas VVRUM DRAMA suena mejor solo con batería y bajos. Leo – No conozco a ninguna banda que haya logrado triunfar con un estilo de música semejante. Reed – No se si hay alguna posibilidad de cambiar nuestro estilo… Trish – Ustedes no tienen ningún voto en esto, es decisión de la banda. Fang – ¿Cuál es el problema?, deberíamos probar un enfoque diferente. Trish – “El problema” es que estamos perdiendo el tiempo con estupideces, deberíamos invertir nuestro tiempo en practicar. Fang – ¿Te… te parece perder el tiempo tocar con la guitarra? Fang apunta con su dedo índice al voluminoso pecho de la pequeña triceratops. Fang – Porque me niegan tocar mi instrumento favorito… ¡y en mi propia banda! Trish – Vamos Fang, esa no era mi intención, decidimos esto democráticamente ¿No es así Reed? Reed – Si, pero… tres no es un numero par… Anon – Al menos deberían dejarle intentar tocar la guitarra, se le ve claramente a Fang que esta ansio… se por probar la guitarra de Leo. Si realmente son amigos de Fang deberían dejarle intentarlo. Stella – Si deberían dejarle intentar tocar esta vez, me muero por ver de lo que es capaz Fang. Abel – Seria buena idea probar otro enfoque, quien quita que sea lo mejor para todos. Leo – Si, además no vine aquí para nada, quiero ver a Fang tocar. Se le ve claramente que Fang esta muy animada, tanto que deslumbra una gran sonrisa. Trish – Maldita sea… me voy a arrepentir por esto… bien probaremos la guitarra. Fang – Excelente, esta vez vamos a tocar “Don't Call Stupid” Qué clase de títulos son esos… Fang – Tres… dos… uno… La banda empieza a tocar, pero esta vez es diferente… las pesadas notas que tenía la melodía anterior ya no se encuentran, ahora se escucha más armonioso, ya no dan ganas de colocarse las manos en los oídos, al contrario, estamos moviendo la cabeza con el ritmo de la canción, en realidad no son tan malos como pensaba, claramente tienen talento, solamente tenían que deshacerse de la estúpida idea de usar dos bajos. Acaba la canción y se puede ver a la banda agotada, pero se puede notar la enorme sonrisa de satisfacción que dibuja la cara de Fang. Fang – Lo vez Trish, sonamos de puta madre con la guitarra. Anon – ¡Ja! ¡Yo gano! Fang – Oh… ¡OH, MALDITA SEA! Me imagino que habrán hecho alguna especia de apuesta. Trish – Esta bien… terminemos con esto de una vez. Quien vota para que toquemos con bajos y batería. Trish es la única que levanta la mano. Trish – Bueno… quien vota para que agreguemos la guitarra… Reed y Fang levantan la mano, no podemos aguantar las ganas y Stella, Leo, Anon y yo también la levantamos. Trish – Ustedes no se metan imbéciles. Fang – Antes de nada… quisiera hacer otra propuesta. Trish – ¿A qué te refieres? Fang – Esta claro que sonamos genial con una guitarra, pero estuve reflexionando y pensé que sonaríamos mucho mejor si le agregamos otra guitarra. Trish – Queeeee, ¡acaso no tienes suficiente con una sola guitarra! Fang – Me refiero a una guitarra rítmica, ayudara a darle más armonía a nuestras canciones. Trish – ¿Eso puede ser cierto, pero donde encontramos a otro guitarrista? Fang señala con ambas manos la guitarra que cuelga de su hombro. Fang – Si no lo supiera, un instrumento de este calibre solo lo puede portar un guitarrista de igual nivel. Ya todos sabemos a que quiere llegar Fang con todo lo que esta diciendo… sin aviso alguno todos los que estábamos en el auditorio fijamos nuestras miradas en Leo. Leo – Esperen un momento… yo no… Fang – Cállate y escucha… te he escuchado en la clase de música por bastante tiempo y te puedo asegurar que tienes chispa… además confiaste en mi y me dejaste tocar tu guitarra. Leo – No se si sea buena idea… Reed – Yo digo que se una a la banda, además Leo es un bro de los buenos. Trish – Si claro, solamente lo dices para que tengan mas tiempo para drogarse juntos. Reed se encoje de brazos y guarda silencio. Trish – Además, no podemos asegurar que tan bueno es, nunca lo he escuchado tocar. Reed – Lo conozco de años y para ser sincero tampoco lo he escuchado tocar. Leo – De igual manera… no me interesa estar en su banda. Fang – Oye, al menos demuestra de lo que eres capaz… no te obligare a entrar a la banda, solamente toca algo. Stella – Vamos Leo, yo sé que eres increíble en la guitarra, además me has ayudado mucho en la ocarina. Abel – Si… la verdad que sí, a mí me esta ensayando a tocar la guitarra y se que sabe bastante del tema. Leo fija su mirada en Stella y en mí, suelta un suspiro y sede a nuestras suplicas. Leo – Bien… supongo que no tengo más opciones. Leo sube al escenario y le pide a Fang que le preste la guitarra. Fang – Aquí tienes… espera un minuto… ¿estas sudando o es mi impresión? Leo – Eh… si… supongo. Fang – Pero que carajos, están empapado hasta el culo… no me digas que estas nervioso. Leo – Supongo… Fang – Bueno, eso no importa, muéstrale a Trish y a Reed esa chispa que tienes. Leo empieza a tocar la guitarra… es un solo de guitarra bastante agradable para mis oídos, empieza lento, pero luego va tomando velocidad por cada nota que va tocando… sinceramente Leo tiene talento en esto, además se le puede ver bastante emocionado. Leo termina su solo de guitarra y queda estático esperando la reacción de nosotros. Leo – Y… bueno que les parece… Stella – Bromeas, eres increíble. Abel – Viejo… no sabía que podías tocar así la guitarra. Fang – ¡Ja! Que les dije, este bobo tiene talento. Trish – Supongo que si… Reed – Hermano, creo que esa guitarra me hablo… cosas maravillosas. Leo – Gracias… aprecio sus comentarios. Fang – Entonces que dices… ¿te unes a VVRUM DRAMA? Leo – Podría… podría ser interesante, además estoy un poco cansado de tocar música solo para mí. Fang pega un salto de alegría. Fang – ¡Genial, por fin vamos a ser una banda de verdad, vamos a romper muchos culos con nuestra música! Trish – Maldita sea… vamos a tener que tirar todo a la mierda y empezar de nuevo. Fang – No debe ser tan difícil, solamente es cambiar un instrumento y agregar la guitarra de Leo, no lo veo tan complicado. Trish – Ugh… al diablo nuestra principal estrategia de marketing. *Campanadas genéricas de escuela* Las campanas de la escuela nos avisan que terminaron las clases. Anon – Bien… supongo que eso seria todo, ha sido divertido y todo… pero tengo que irme… adiós. Fang – Espera… nosotros podríamos eh… ¡OH! ¡Tu opinión!, nos vendría bien tu opinión. Anon – ¿Qué? Fang – Ah sido útil, además él fue el de la idea de que cambiáramos de bajo a guitarra, no es así Reed. Reed – De… de acuerdo… Anon debería quedarse… es un bro. Trish – ¿¡EN SERIO!? PERO… Fang – ¿Te puede quedar un rato más? Anon – Si piden algunas pizzas de Dino-Moe´s pueden contar conmigo… no… en… en realidad, debo de irme, recordé que tengo un asunto importante que tratar… adiós. Fang – Podemos pagar las pizzas, el dinero no es problema. Anon – No enserio debo irme, no puedo explicarlo ahora así que… Trish – ¡Te puede ir ya de una puta vez! Anon – Claro, adiós. Anon se va a pasos rápidos hacia la salida, abre la puerta a toda prisa y se marcha del auditorio. Stella – Bueno, todo esto ha sido muy divertido y todo, pero tengo que irme, debo adelantar tarea que tengo pendiente… Oh, y Abel, no se te olvide que tienes que hablar con Rosa. Abel – Si, tienes razón… un momento… como carajos sabes todo esto. Stella solamente se encoje de hombros y suelta una carcajada. Fang – Hey ustedes dos… casi lo olvido… supongo que debería agradecerles a ustedes también por haberme apoyado en esto. Stella – Claro que si Fang, para eso están los amigos. Abel – No fue nada Fang. Fang solo asiente con la cabeza, ella fija su mirada en Leo. Fang – Leo, te quedas un rato más… Leo – Supongo que podría, solo y cuando Patricia este de acuerdo. ¿Patricia? ¿Quién es Patricia?, todos quedamos con una expresión de confusión, vemos a Fang que abre sus ojos de par en par. Fang – Acaso tú le dijiste… Nos fijamos en Trish y tiene una expresión de furia incontrolable. Trish – ¡COMO MIERDAS FUE QUE ME LLAMASTE! Leo – Es tu nombre, ¿no? Trish – ¡CALLATE IMBECIL, MI NOMBRE ES TRISH¡¡TRISH! Trish se abalanza sobre Leo, pero es detenida por Reed que la logra agarrar del abdomen. Reed – ¡Tranquilízate Trish, no es para tanto! Fang – ¡Si Trish, relájate, no queremos que asesines al nuevo miembro de la banda! Me dirijo hacia Stella y le hablo en voz baja. Abel – Deberíamos irnos de aquí… no quiero ver como asesinan a Leo. Stella – No, deberíamos ayudarlo. Abel – No, el se lo busco… solo le deseo que sobreviva. Stella y yo salimos del auditorio sin que los demás se percataran. Abel – Carajo, que fue todo eso. Stella – Ni idea, todo fue un carrusel de emociones. Abel – Y que lo digas… pero… eso no te salva de responderme… Stella – Lo siento Abel… pero recordé que debo devolver un libro a la biblioteca, si no lo entrego ahora mismo me pondrán una multa… adiós, dale mis saludos a Rosa. Abel – ¡Espere un momento…! A la mierda con todo eso, algún día averiguare como diablos se entera de todo… pero en algo tiene razón, debo de encontrarme con Rosa, le prometí que hablaría con ella al finalizar las clases… ¿me pregunto de que quiere hablar conmigo?