Normalmente Halloween es sombrío, con decoraciones en todas las casas, las calles repletas de gente disfrazada y, lo más importante, dulces. Tantos dulces que llenaban las calles con un aroma azucarado. Pero este año había ocurrido una tragedia que se llevaría la sonrisa de todos los jóvenes. "Una tormenta se está acercando!" Hugo Duck advirtió viendo las pesadas nubes empezar a iluminarse con rayos. "Deberíamos regresar a casa antes de que la lluvia nos atrape." Él sugirió a sus hermanos. "Nooooo!" Pablo gritó dramáticamente, poniéndose de rodillas y elevando los brazos. No le importaba ensuciar sus pantalones de disfraz de Sasuke Uchiha. Él pensaba que se veía genial y misterioso. "Yo te maldigo, cielo! Yo te ma-akh!" Luis le dio un ligero zape en la nuca a su hermano. "Deja de hacer un escándalo, no nos iremos todavía." Dijo el pato con su túnica griega sacada de su armario a último minuto debido a que le dio pereza buscar un disfraz. "Es el mejor día para conseguir dulces gratis. No podemos irnos por unas pequeñas gotas de lluvia!" Hugo rueda sus ojos. Si no fuera por su traje de Optimus Prime, hecho con metal real, él hubiera abofeteado ligeramente su rostro por el comportamiento de sus hermanos. "Ya tenemos una buena cantidad de dulces." Hugo señala a las calabazas de plástico que estaban llenas hasta la mitad con cosas dulces. "Y no serán unas pequeñas gotas de lluvia." Hugo saca su guía de scout, pasando por varias páginas hasta detenerse. Él empezó a leer en voz alta sobre los diferentes tipos de nubes y como era posible identificar factores climáticos para determinar qué sucederá a continuación con el clima. Pero Luis y Pablo se habían ido en cuanto Hugo sacó su libro, cansados de que él arruine la diversión con datos de nerds. En lugar de eso ellos se apresuraron a ir a otra casa a pedir más dulces. Son un par de niños en Halloween y no querían detenerse, así el mundo estuviera apunto de colapsar. "Nada puede detenernos!" Pablo exclamó. **20 minutos después.** "Nadie puede detener la tormenta!?" El pato azul exclama, con algo de miedo en su voz, al observar que de un momento a otro un diluvio había empezado a caer sobre sus cabezas. Las calles, antes llenas de gente riendo, ahora estaban llenas de agua y era difícil ver algo con la lluvia torrencial. Los 2 jóvenes patos apenas habían logrado encontrar un sitio para refugiarse evitando mojarse y que sus dulces se arruinaran. Pablo cierra los ojos con fuerza y empieza a hacer las posiciones de manos que él recordara de Naruto, aunque eran completamente al azar. "Sharingan!" Él exclamó con fuerza a la vez que abre los ojos, lanzando una fuerte mirada al cielo. Nada sucedió. "El próximo año debes disfrazarte de payaso." Luis dijo abrazándose a sí mismo. La agradable ventilación extra de la túnica griega ahora dejaba entrar el frío por abajo. "Saca tu teléfono y llama a casa para que alguien venga a recogernos." Pablo sonríe. "Grandiosa idea!" Él empezó a revisar sus bolsillos... sin encontrar nada. "Cierto... lo deje en casa." Él dijo recordando haber dejado el celular en su cama. "Qué!? Por qué dejaste tu teléfono!?" Pablo se sonrojo ligeramente. "Y tú por qué no tienes tu teléfono?" Él intentó arrojar la patata caliente. Luis sujeta su túnica y la mueve ligeramente. "Acaso ves algún bolsillo?" La discusión de los patos se vio interrumpida cuando las luces parpadearon y los muchachos voltearon notando el lugar donde ellos habían estado refugiándose de la tormenta. Ellos se encuentran bajo el toldo de un hotel con decoraciones de Halloween en la entrada principal. Luis arquea una ceja. "... cuando esto aparecio aquí?" Cuándo abrieron un hotel en esa zona? El joven pato no había visto el edificio antes. "Oh! Oh! Oh! Tengo una genial idea!” Pablo dijo, rebotando en su lugar emocionado. “Entramos, le mostraré a los miembros del hotel lo increíble y genial que soy para que nos dejen usar el teléfono para llamar a casa.” El pato azul puso ambos puños a los lados de su cintura, luciendo completamente orgulloso de su plan y esperando la admiración de Luis. El joven pato rueda los ojos y se adelantó a abrir las puertas dobles del hotel para entrar. La recepción del hotel era simple y bien iluminada. Con una decoración clásica de Halloween. Murcielagos de papel, calabazas de plástico, telarañas falsas, huesos y calaveras. Pero había algo destacable, por decirlo de algún modo. A un lado del escritorio de la recepción había una maqueta de cartón de lo que parece el hotel. Sin duda una decoración extraña para la recepción. "Qué hace algo como esto aquí?" Luis dijo confundido y se aproximó a la maqueta. Él estira su mano hacia eso. "Jovencito." Una voz dijo de repente, haciendo a Luis saltar hacia atrás. "Gah!" Detrás del escritorio se encontraba un hombre alto disfrazado de diablo. Él no estaba allí antes, eso era seguro. "Le pido que no toque el hotel de cartón." La máscara de tela no dejaba ver su rostro, pero el tono severo denotaba que se trataba de un joven adulto, molesto además. "Haha. Te regañaron." Pablo se burló de su hermano. "Qué es ese proyecto escolar?" Él señala al hotel de cartón. El diablo suelta un bufido molesto. "Es el primer diseño del hotel, hecho por el creador con sus propias manos." "Oh! Él debe haber planeado abrir un hotel durante años! Que insistente!" Pablo dijo e intentó mirar por una de las pequeñas ventanas del modelo. Viendo que en el interior había pequeños muñecos, 3 para ser exactos... 2 pequeños patos y un mono morado. Pablo parpadea perplejo. "Wow. Que gran coincidencia." Luis se dirigió al misterioso diablo detrás del escritorio. "Disculpe las molestias. Pero necesitamos usar su teléfono para hacer una llamada. Como puede ver, la tormenta nos dejo algo atrapados. Así que si usted seria tan amable señor..." "Monkey." El diablo dijo con un tono más alegre, incluso juguetón, mientras deja ver una cola de mono morada. "Prank-Monkey." "Y te gustan las travesuras?" Pablo preguntó con una sonrisa. Mientras que Luis arquea una ceja por el extraño nombre. Así que ese sujeto estaba literalmente jugando con ellos o sus padres tenían un extraño gusto por ciertos nombres. "Mencionaron que quieren usar el teléfono." El recepcionista esquivó la pregunta del pato azul. "Lamentablemente, nuestro único teléfono funcional está en la habitación 13." Un relámpago resuena con aquellas palabras. "Qué? Por qué el único teléfono se encuentra en una habitación?" Luis cuestionó. "Lo que sucede es que en la habitación 13..." Otro relámpago suena. "... es la única habitación con un teléfono de línea. La señal de los demás teléfonos y servicios se ha visto interrumpida por la tormenta." "Podemos ir a la habitación 13!?" Pablo dijo y se quedó esperando a que algo sucediera. Pero no pasó nada. El pato hace una mueca de disgusto. "Oww..." "Seguro, no hay problema." El mono disfrazado utiliza su cola para tomar la llave que se encontraba colgada detrás de él y la arroja a los muchachos. "Entren por la puerta a la izquierda y sigan los números de las puertas." Luis atrapó la llave, notando que es una llave grande y gruesa, como sí fuera de una puerta antigua. "Huh, gracias, señor Monkey." El joven pato camina junto a su hermano hacia la puerta, bajo la atenta mirada del recepcionista hasta que ellos cruzan la puerta. Una sonrisa maliciosa se ilumina en la máscara de diablo. El recepcionista salta por encima del escritorio y observa de cerca la maqueta del hotel. --- Ambos hermanos pato inclinan la cabeza confundidos al ver que se encuentran en un salón con algunos muebles y al otro lado había otra puerta. Ellos esperaban un pasillo con habitaciones o algo como eso. "Supongo que es una sala de espera aparte para la gente VIP." Pablo dijo para luego peinar sus plumas con una sonrisa. "Supongo que mi genialidad es demasiado evidente y por eso nos enviaron aquí." "Pon algo de hielo en tus pantalones." Luis comentó mientras caminaba hacia la puerta en el otro extremo de la habitación. Pero al estar frente a ella, él notó algo inusual. "002?" Él leyó la placa en la puerta. “Como?” Pablo voltea a ver la puerta detrás de él, notando una playa con el número 001. “Entonces esta es la primera habitación del hotel?” Cuestiona el pato confundido. “Y tener que pasar por la habitación de los demás para llegar a otra? Es una idea tonta.” El pato verde dijo con el ceño fruncido al imaginar algo así. “La falta de privacidad, geez.” Él dijo bastante descontento con la idea. Pablo cruza los brazos, intentando sonreír con confianza, aunque sus ojos se desviaron incómodos con la idea. “Supongo que tú no tienes la suficiente confianza.” “Este lugar es extraño. Busquemos el teléfono para irnos.” Luis dijo abriendo la puerta. “Qué rayos!?” Él exclamó al ver la siguiente habitación. La habitación 002 era exactamente igual a la que ellos estaban, con la diferencia de que las ventanas estaban tapiadas con tablones de madera y había algunas telarañas en las esquinas superiores. “Esto no es normal.” Pablo entra y observa la habitación. “Un hotel debería estar más limpio.” Él dijo señalando a las telarañas y notando algo de polvo en los muebles. “Quizás no es un hotel real si no una clase de casa o laberinto del terror.” Luis propuso, intentando ser razonable y buscando una explicación no atemorizante para esto. “No deberían haber carteles anunciando fuera?” Pablo se asoma por una de las ventanas. “Aunque no me sorprendería que no viéramos nada. Mira esa lluvia, solo veo eso y oscuridad.” El corazón de Luis bajó hasta su estómago y sus pupilas se encogieron. “C-cómo puede haber ventanas aquí?” Él cuestionó con su voz temblando. “Este edificio estaba entre otros! Ni siquiera había callejones!” Pablo se encoge de hombros. “Bueno… quizás no es así. Nos apresuramos a cubrirnos de la lluvia. Quizás nosotros corrimos hasta la esquina o algo así. Realmente yo solo quería evitar la ropa interior mojada.” Luis seguía con un mal sentimiento sobre sus hombros. Su hermano parecía no notar esto. En cambio Pablo llevó a su hermano hasta la siguiente puerta. La puerta tenía el número 003 en la placa… y la madera parece estar más gastada que las otras. Pablo no pareció notar nada y abrió la puerta. Los cambios eran más notorios ahora. La habitación estaba menos iluminada, creando inquietantes sombras en las esquinas y alrededor de los muebles. También había una mayor cantidad de polvo y telarañas, aunque eso era lo menos importante. Pablo se encoge ligeramente y traga saliva. “Quizás algunos bombillos se quemaron.” “No estoy seguro de querer ver la próxima habitación.” Luis estaba temblando un poco. “V-vamos, no creo que las cosas puedan ser peor!” Pablo intentó mostrarse valiente, sin notar que él había dicho una frase maldita que asegura que todo se pondría peor. A pesar de eso, él siguió con su actuación de un hermano mayor valiente y llevó a Luis hasta la puerta 004 y la abrió sin dudarlo. “Taraa~!” Él exclamó esperando una habitación normal. Solo que la habitación 004 no era normal. Seguía teniendo el mismo tamaño, los mismos muebles que las otras habitaciones e incluso estaba mejor iluminada que la habitación 003. Pero esto solo hizo que aquello fuera fácil de ver. Las paredes tienen grietas y huecos… con grandes ojos. Grandes ojos, demasiado grandes para cualquier persona, todos ellos moviéndose frenéticamente por la habitación. Al menos fue así durante unos momentos. Los grandes ojos se detuvieron de repente, todos ellos, y voltearon a ver al par de patos asustados que se encontraban en la puerta. El joven pato verde, con una expresión de miedo, voltea a ver a su hermano. “Volvamos a la recepción del hotel! Algo extraño está sucediendo aquí!” Ambos corren de regreso por las habitaciones. Afortunadamente los ojos se quedaron en la habitación 004. Pablo llega primero a la puerta 001 y alcanza la perilla. Solo para notar que la puerta estaba cerrada con llave. El joven pato azul insiste en su intento de abrir la puerta. Pero no hubo éxito. “Estamos encerrados!” Pablo exclamó, sintiendo su corazón acelerarse con temor. Él golpea la puerta y grita. “Ayuda! Señor Monkey! Estamos encerrados!” “Ese sujeto debe habernos encerrado!” Luis sintió el pánico crecer. “Las ventanas!” Luis se apresuró a ir hacia las ventanas sin tapear. Pero por más que él lo intentaba no se movían. “Urgh! Pero si no hay ninguna clase de seguro!” “El hermano mayor se hará cargo de esto!” Pablo dijo flexionando sus brazos de fideo como si hubiera grandes músculos allí. Entonces él hace todo lo posible por abrir la ventana. Él no consigue nada más que hacer el ridículo. y cansarse. “Intentemos usar uno de los muebles!” Luis dijo mientras se acerca a una de las sillas e intenta usarla para romper el cristal. Pero por más que él jalaba él no puede levantarla. “Ni siquiera puedo moverla! Parece que está adherida al suelo!” “Tenemos que llegar hasta el teléfono en la habitación 13.” Pablo dijo. Los rayos tronaron fuera. “Funciono!” El pato dijo con una sonrisa. “Debemos llegar al final.” “Esta es una terrible idea.” Luis dijo. Pero ellos no tenían más opciones. Ellos no podían escapar ni volver hacia atrás. Por lo que avanzar y esperar que en verdad hubiera un teléfono era la única opción que ellos tenían. Fue así como los 2 patos caminaron por las habitaciones vacías, con Luis estando detrás de Pablo. Los ojos en las paredes seguían allí, observando al par de hermanos. Luis sintió que su ropa interior se humedece ligeramente. Pablo estaba sudando mientras cruzaban la habitación. Es verdad que a él le gusta tener atención. Pero no de esta forma espeluznante! Afortunadamente para ellos los ojos no parecen ser capaces de hacer nada. "V-vamos rápido a la siguiente habitación." Pablo dijo, de pie frente a la puerta 005 y tomando la perilla. "GAAAAAAARRRRHHHHHHH!!" Un grito, no, una especie de rugido espectral resonó en la habitación, incluso la tormenta pareció callarse en ese momento por temor al rugido. Pablo y Luis reaccionan intentando saltar a los brazos del otro por el miedo. Ellos golpearon sus cabezas, cayeron sentados al suelo y se abrazaron mientras tiemblan de miedo con grandes ojos llorosos. Una sensación cálida se extiende por la parte inferior, ambos se habían orinado de miedo. "Q-Q-Q-Q-Q..." Luis estaba demasiado asustado como para hablar, sus dientes parecían unas castañuelas en su boca. "N-n-no me asuste en lo absoluto!" Pablo dijo cubierto de sudor y sin poder dejar de temblar. "Soy Pablo Duck y soy el protagonista!" Él gritó con ojos temblorosos e ignorando sus pantalones empapados. La puerta de la habitación 005 se abrió, como si ellos estuvieran siendo invitados a pasar. Pero no se podía ver nada al otro lado de la puerta. Ambos patos aterrados intentan asomar la cabeza para intentar ver que les esperaba en ese lugar. Entonces un repentino flash iluminó la habitación unos instantes. Pero lo que ellos alcanzaron a ver fueron los muebles y que todavía había ojos en las paredes. Luis estaba chupando su pulgar mientras su túnica, ahora amarillenta, gotea debido al miedo de antes. Pablo sujeta la otra mano de su hermano, intentando ser una figura de confianza para tranquilizar a su hermano menor. "S-Solo está un poco mal iluminado! No hay nada que temer!" Eso hubiera funcionado mejor sí sus piernas no estuvieran temblando tanto que causaron que sus pantalones se deslizaran ligeramente dejando ver una cintura de color lavanda. Pablo comienza a caminar al interior de la habitación. Incluso dejando la puerta abierta todo permanecía en penumbras Debería ser fácil cruzar, cierto? No debería haber nada en el camino de una puerta a la otra, cierto? Los ojos en las paredes no pueden hacer nada, cierto? Todo estaría bien… cierto? Era lo que los jóvenes patos repetían internamente en un intento infructuoso de alejar el miedo. Todo eso acabó cuando la puerta detrás de ellos fue azotada. “GAAHHH!” Ellos gritaron en la oscuridad. Pero eso no duró mucho. La habitación fue nuevamente iluminada por un flash permitiendo a los muchachos ver que ellos en realidad no estaban solos. La puerta había sido cerrada por una criatura enorme, tan grande que tenía que encorvarse para no golpear el techo de la habitación. La criatura tiene un cuerpo humanoide, parecía estar formado de alquitrán, Pero el mayor atractivo de esa cosa era su único ojo, un ojo rojo que ocupaba casi toda la cabeza de la criatura. La habitación cayó de nuevo en la oscuridad total, siendo llenada por el sonido de gritos, lloriqueos y pesados pasos alrededor. Pablo y Luis gritaron, lloraron, se orinaron más, corrieron y chocaron con muebles hasta que de alguna forma ellos llegaron hasta la puerta, lanzandose a la habitación 006 sin siquiera pensar en lo que ellos se encontrarian allí. Ambos cayeron de cara a la alfombra y se arrastraron a la habitación, afortunadamente iluminada. La criatura en la habitación 005 pareció quedarse allí, dejando a los jóvenes patos en paz. Pero con un botín. Luis abrazó sus piernas ahora desnudas, su túnica había sido dejada atrás junto a su calabaza con dulces. Lo único que Luis conservaba eran sus calzoncillos de MLP con imágenes de Spike, los cuales estaban completamente empapados. “QUÉ ERA ESA COSAS!? ERA MUY GRANDE! DABA MUCHO MIEDO! Y NOS MIRABA FIJAMENTE!” Él lloraba patéticamente con lágrimas y mocos escurriendo por su rostro. Pablo estaba en un estado similar. “MAMI! TIO DONALD! HUGOOHHHH!!” Él llora como bebé vistiendo solo sus calzoncillos de Paw Patrol mojados. “Ohh~ Pobres bebés~” Dijo una voz risueña. Ambos hermanos detuvieron sus lloriqueos y buscaron con miedo el origen de la voz. “Aquí arriba~” Al elevar la mirada Pablo y Luis pudieron ver al recepcionista, con su disfraz de diablo, su cola morada y con una sonrisa siniestra. Esto sumado al hecho de que él estaba de pie, en el techo, por lo que se encuentra cabeza abajo. Pablo y Luis se abrazaron temblando de miedo. Ese no era un mono ordinario y ellos no tenían nada que hacer. “Hihihihihi~” El mono se ríe al ver las expresiones de miedo de los patos. “Creo que tendré que encargarme de estos pequeños bebés perdidos.” La sombra del mono en el techo empieza a expandirse, deformarse y dividirse en varios brazos que se mueven por el techo y luego por las paredes. Sin dejar lugar a donde sus víctimas puedan huir. Pablo y Luis se abrazan viendo impotentes y esperando a que todo acabe rápido. --- “En donde se habrá metido ese par de irresponsables.” Hugo dijo para sí mismo mientras camina por la acera debajo de un paraguas de gran tamaño. Siempre preparado para las adversidades, como decía la guía de scout. El pato rojo había estado buscando a sus hermanos desde que ellos se habían ido. Él estaba molesto porque le dejaran solo de esa manera. Pero sus instintos de hermano mayor le decían que debía socorrer a sus hermanos, quienes probablemente estén varados en algún lugar, para llevarlos a su hogar. Entonces golpear sus traseros por ser un par de niños traviesos y alejarse. Una noche con el fondo rojo debería darles una buena lección a esos dos. Los pensamientos de Hugo fueron interrumpidos cuando la lluvia empezó a disminuir, cada vez más hasta desaparecer, dejando varios charcos como única evidencia de lo sucedido. Hugo parpadeo confundido. “Que extraño, pensé que la tormenta duraría más.” Él decidió mantener su paraguas encima por si vuelve a llover. “Disculpeme, jovencito, de casualidad usted conoce a estos pequeños?” Dijo una voz alegre detrás del pato. Hugo se giró, viendo a una persona disfrazada como un diablo. Y junto a él un cochecito doble para bebés. Los ojos del pato se ampliaron al ver que sus hermanos estaban en el cochecito! Pablo y Luis estaban vestidos con pijamas footed de color cyan con dibujos de bloques y amarillo con dibujos de hadas. Ambos tenían unos bultos notables alrededor de la cintura, así que era evidente que ellos estaban usando pañales. Pablo y Luis también estaban succionando unos chupetes, completando una apariencia humillante de bebés. “Dueeiii!” Ambos dijeron, manteniendo los chupetes en sus bocas mientras estiras sus brazos, como bebés contentos de ver a su hermano mayor. Hugo, bueno, no estaba muy sorprendido de este cambio de imagen de parte de ellos. Él suspira. “Sip, son mis hermanos menores. Gracias por encontrar a ambos y disculpe cualquier problema que ellos le causarán.” Los ojos de los patos en pañales se ampliaron al ver que su hermano estaba asumiendo que ellos fueron los responsables de algo malo. Ellos intentaron protestar y advertir a Hugo sobre el mono. Pero los chupetes en sus bocas estaban sellando sus palabras y era imposible que se los quitaran. El mono hace un gesto descuidado. “No te preocupes. En cuanto vi a este par de bebés llorando yo supe que tenía que hacer algo.” Él dejó el carrito y empezó a retroceder. “Lamento retirarme de esta manera. Pero todavía tengo mucho que hacer esta noche. Las bananas rojas no se recolectan solas.” Hugo cerró los ojos y asintió con la cabeza estando de acuerdo. “Comprensible, las bananas rojas son…” Él se da cuenta que eso no tiene sentido. “Qué cosa?” Pero al abrir los ojos el hombre con disfraz de diablo había desaparecido por completo. “Huh. Supongo que eso se trataba de algún juego de palabras o algo así.” Hugo se encogió de hombros y empezó a empujar del cochecito. “Ustedes dos y yo tendremos una conversación al llegar a casa.” Él aseguró a sus hermanos. “Pero supongo que podemos pedir algunos dulces en el camino, ahora que la lluvia se ha detenido.” Pablo y Luis intentan protestar, ellos no querían pasear por allí vestidos de esa manera! Pero sus bocas seguían selladas por los chupetes. Y para empeorar la situación, sus dulces fueron reemplazados por biberones y tarros con papilla para bebés. Sin embargo, una cosa es segura. El próximo año ellos tendrán cuidado de no acercarse a ningún hotel ni a nadie vestido con un disfraz de diablo. Y huir de cualquiera que respondiera al nombre de Prank-Monkey.