El verso Ve andar libre el verso como una expresión pura salvaje y devoradora. Da al retorcido mundo las cadenas que merece bestia insulza, indecente condenada al sufrimiento al flagelo del tiempo pues la palabra es atemporal y no está limitada a la premisa caduca. Así el verso eterno nos sucede a la carne, pobre criatura inmortal condenada a la locura condenada hasta el final.